Por los caminos del Albariño

Aunque su fama no es muy remota, no nos cabe duda que si a cualquiera de ustedes le preguntan por un vino blanco español la palabra Albariño casi automáticamente aparece en escena. Es que esta uva Gallega ha logrado situarse entre las grandes cepas blancas del mundo en muy poco tiempo, y desde entonces cada día apasiona a más público. 

Concretamente esta revolución de la reina blanca se viene dando desde que algunos bodegueros decidieron dar una vuelta de timón a la manera de hacer vino por el noroeste Español, y entendieron que las particularidades que ofrece al vino este cepaje son únicas y ese potencial solo había que aprovecharlo con nuevas ideas y algún que otro riesgo. 

Sin embargo no es solo la uva y las bodegas quienes hicieron todo el trabajo en esta historia… si a este dúo le quitamos el terruño nos quedamos en nada. Decimos esto porque mucho se habla de los maravillosos blancos gallegos, pero poco se dice y conoce de su terruño, las Rías Baixas. A nuestro modo de ver, el Albariño (y otras) fuera de su entorno pierde casi toda su magia…

Albariño en el Viñedo Torre Quintáns de MARTÍN CODAX

Es por esto y por mucho más, que en este viaje a la madre patria quisimos conocer de cerca ese entorno mágico y, por cuestiones de logística, decidimos instalarnos en el Val de O Salnés, la subzona más importante de Rías Baixas, localizada en la costa norte de Pontevedra.  

Además de Val de O salnés, en esta DO se encuentran otras 4 subzonas, Condado de Tea, Soutomaior, O Rosal y Ribeira do Ulla.  

Si bien los vinos que destacan principalmente son los blancos a base de Albariño, otras cepas autóctonas forman parte de estos caldos en diferentes porcentajes, Loureira blanca, Treixadura y Caiño blanco. Y aunque en menor proporción, las cepas tintas nativas, Caiño tinto, Espadeiro, Loureira tinta y Sousón, dan que hablar a través de sus tintos de Mar. En breves les contaremos más sobre esto.

El Valde O Salnés, es un terruño  de relieve suave, compuesto por suelos principalmente arenosos y arcillosos. Está impregnado por las brisas marinas que confieren a sus viñedos, y al vino resultante, una característica salinidad.

Cae la tarde, en busca de los viñedos de ALBAMAR

Su microclima cálido, de temperaturas suaves y generoso en lluvias, convierten a esta subzona en un lugar privilegiado para el cultivo de la vid. Los blancos de O Salnés están compuestos por un 70% mínimo de Albariño. En este enlace podrán ver características de los vinos que se producen en Rías Baixas.

A los amantes del vino les recomendamos llegarse hasta estas tierras y perderse entre los caminitos que se desprenden de las rutas principales y se disuelven entre los parrales que descansan contra la costa. Cualquier lugar es bueno para detenerse a descansar, recrear la vista y llenarse de vida.

Cuando se cansen de andar, detengan su coche donde sea y entren al primer bar, taberna o restaurante que encuentren a reponer energías. Pidan unos buenos mariscos (hay variedad y precios para todos los bolsillos) y acompáñenlos con una copa de blanco fresco, frutal y salino como el mar… Verán que sus problemas se diluyen al instante.

Recorriendo y degustando PAZO BAIÓN

En estos cuatro días que hemos estado literalmente perdidos por los caminos del Albariño recolectamos infinitas anécdotas e historias para contarles, y poco a poco lo iremos haciendo... 

Conocimos la pequeña bodega Albamar, un proyecto familiar llevado adelante con pasión y mucho trabajo por Xurxo Alba, uno de los jóvenes enólogos responsables de que los albariños de las Rías Baixas sean inolvidables. Contrastamos el trabajo artesanal de la bodega de Xurxo, con la prestigiosa Martín Códax. Una bodega grande con alma pequeña que nos dejó sorprendidos por su minuciosa forma de trabajo. Inmensas gracias a Yara, Paula y Sofía, por todo. 

Visitamos Pazo Baión, un lugar que hay que visitar por su arquitectura y entorno y también por su vino, claro. Y pasamos 3 noches inolvidables acodados a la barra de la Taberna A Curva, en Portonovo, donde además de unos excelentes mariscos, degustamos un vino mejor que otro… esto es muy largo de contar así que dedicaremos una nota exclusiva a estas tres lunas.

Zamburiñas y  Tinto de Mar (Bastión de la Luna 2011) en A CURVA

Para cerrar este adelanto queremos darles un consejo… 

Si viajan a las Rías Baixas no vayan con prisas, tómense su tiempo, estas tierras te atrapan y tienen tanto que mostrar que es muy difícil salir de allí, lo decimos por experiencia.

Gracias por leernos amigos,

Salute, Rumbovino.