Cuando comencé mis primeros pasos en el mundo del vino, y leía sobre estos temas, pensaba que eso del terruño expresado a través de las uvas era un cuento que se habían inventado los poetas para darle algo de romanticismo al asunto. Lo pensé un tiempo largo, debo reconocerlo. Ahora a la distancia reconozco que eso se debió fundamentalmente a que lo que bebía en aquellas épocas eran vinos de moda impuesta, donde daba bastante igual de qué zona fuese porque todos sabían a lo mismo. Mermeladas, frutas en compota, dulzuras y vainillas que me llenaban la boca y empalagaban las papilas… Pero me gustaban, todo sea dicho.
Luego llegaron las épocas de las revoluciones personales y la negativa a beber clones de vinos. Fue ahí cuando empecé a indagar en serio sobre eso del terruño y a buscar las cosas diferentes. A patear viñedos e intentar encontrar sus colores y olores en las uvas que brindaban en cada nuevo año.
Y así, casi sin darme cuenta, fui pasando a otro nivel. De a poco descubrí los vinos auténticos y pude asociar un paisaje a través de un vino. Recién ahí, luego de recorrer bastante y disfrutar mucho más, fue cuando finalmente me creí aquel cuento chino de tiempo atrás.
Y en eso ando desde hace rato. Escrutando esos vinos de auténtico terruño. Por eso, cuando me encuentro con etiquetas que me gritan a la cara su origen no puedo más que sentarme a escribir como un loco sobre ellas. Eso me pasó este fin de semana con dos vinos que nacen en las Islas Canarias, lugar de pura tierras volcánicas. Un tinto del Valle de la Orotava y un blanco de la DO Lanzarote que son fieles a su suelo y que no son aptos para los paladares de los buscadores de mermeladas edulcoradas.
7 FUENTES EL LANCE 2012
El hermano mayor del 7 Fuentes que comenté hace un año y me encantó (aquí la nota). En El Lance encontramos un 100% Listán Negro procedente de uvas de diferentes parcelas de unos 60 años y de altitudes que varían entre los 300 y 600 msnm a las laderas del Volcán Teide (Tenerife). De cultivo respetuoso con el medio, fermenta por separado con levaduras indígenas y posteriormente se envejece durante unos 11 meses en barricas de 500 lts.
De cuerpo y capa media. Colores picotas con reflejos rubíes, brillantes y limpios. La nariz, al igual que aquel que probara el año pasado, me recordó a la pólvora de los fuegos artificiales que lanzábamos en mi niñez en Argentina. Nariz de pólvora, sin dudas. Minerales, alguna punta herbal y levemente especiada (pimienta blanca). Frutos rojos, frescos y tenues. En boca es grande… Sabroso, ligero pero explota el paladar de sabores. Gran frescura y verticalidad. Las notas de la madera aportan complejidad, pero de manera sutil para no arruinar el terruño.
Su precio ronda los 15 €. Mucha naturaleza por muy poco dinero. Está para beberlo ya mismo y por litros. Muy bien por Suertes del Marqués.
LOS PERDOMOS BLANCO SECO 2013
Vino elaborado por Bodegas Reymar con 90% Malvasía Volcánica y 10% Moscatel de Alejandría procedentes de viñedos de poca producción en la Isla de Lanzarote (DO). Fermentación en tanques de inox con levaduras de campo y nada de crianza. Solo uva y terruño.
En copa mostró un color amarillo profundo con reflejos dorados, como si de un vino de más años se tratara. Brillante, limpio y de lágrimas delgadas. En nariz presentó dos fases bien diferenciadas. Recién servido aparecieron notas sutiles de frutas como la pera y melocotones blancos. Luego, con aire, cambió hacia notas más complejas entre minerales, terrosas, petróleo, neumáticas y de fondo leves trazas cítricas. En boca fue voluminoso y ligeramente untuoso al paladar. Muy fresco y franco con lo anticipado en nariz. El final es agradablemente amargoso y largo. Otro vino para beber por litros y si se acompaña de unos pescaditos fritos mejor que mejor.
Su precio ronda los 10 € y la verdad es que para los buscadores de vinos y uvas diferentes, esta etiqueta debería estar entre las imprescindibles.
Como decía al principio de la nota. No son vinos para todos los paladares. Por suerte para algunos de nosotros, porque de lo contrario se acabarían muy pronto.
Como decía al principio de la nota. No son vinos para todos los paladares. Por suerte para algunos de nosotros, porque de lo contrario se acabarían muy pronto.
Gracias por leernos,
Buena vida y buenos vinos. Salutes,
Rumbovino.
Difundiendo la cultura del vino y en favor del consumo moderado y responsable.
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