Sin lugar a duda, la tan esperada desescalada ha impactado
de lleno en mis ratos “libres” dedicados al blog. Aunque si bien es cierto que,
en estos meses de confinamiento, no he dejado de trabajar porque los
veterinarios, necesarios, pero poco o nada valorados en este circo de la
pandemia, seguimos casi con normalidad; sí disponía de algo más de tiempo para
escribir. Pero... si bien no escribo, sigo probando y probando a buen ritmo.
Esta semana he sacado unos ratos para comentar algunos vinos
diferentes, de tres proyectos muy interesantes que he conocido por las redes
sociales.
Los tres se encuentran en Alicante, casi al otro extremo de
Galicia, donde vivo y bebo; una región que casi no conozco y de la que
prácticamente no había probado sus vinos. Así que, motivado tanto por la
filosofía de cada uno de los proyectos (microbodegas, vinificaciones
artesanales, vinos naturales, viticultura respetuosa y poco o nada
intervencionista), como por la curiosidad de probar variedades de uva poco habituales
para mí, como la Giró, Monastrell, Moscatel o Merseguera, me contacté con Manu
Guardiola Viticultor, Aida y Luis, y con Mar e Ignacio para pedirles
algunas botellas, qué obviamente pagué, y que obviamente fui bebiendo estos
días, aunque no he terminado de probar todas.
Antes de seguir
quiero dejar escrita esta declaración:
Me encantan los
pequeños proyectos vinícolas porque los viticultores (muchos de ellos con estudios en enología,
otros solo unos valientes) son gente llana y simple. Personas normales, no semidioses a los que
hay que rendir pleitesía tras su paso como sucede con mucho enólogo que anda suelto por este mundo. Los viticultores anónimos trabajan como nadie,
generalmente de sol a sol, y aun así se hacen un tiempo para atender a quienes los consultan por los medios que sean, y dedican un rato, del que muchas veces
carecen, para explicar sus vinos y agradecer que te hayas interesado en
ellos, aun sin siquiera saber si les vas a comprar o no. ¡Señores, esto es extraordinario!
¡Sepan que los aficionados al vino se los agradecemos infinitamente! A ver si algunos
siguen el ejemplo...
Dicho lo anterior, y con la intención de no ir acumulando
deudas conmigo mismo (siempre me obligo escribir sobre los vinos o proyectos
que me gustan y empiezo a retrasar mis propios pagos), decidí ir comentando
alguno de los que he ido catando de cada uno de ellos.
Comenzamos con LA
ZAFRA VINOS
Viñedos autóctonos de la zona |
Mar e Ignacio llevan adelante este proyecto desde hace
pocos años, en Monóvar (Provincia de Alicante) del que a modo de
introducción copio su propia presentación:
“Empezamos con 1 hectárea de viña de la variedad
Monastrell, autóctona de la zona, cultivada de forma sostenible, en secano y
podada en vaso (tradicional), y llevamos dos años recuperando otras dos
hectáreas de la familia, que estaban a punto de perderse.
Elaboramos nuestro vino natural en una pequeña
microbodega, con la mínima intervención: sin sustancias químicas, ni
correctores, ni sulfitos añadidos”
Para mí, con leer esto es suficiente para querer probar sus
vinos. Pero si además ves las fotos de los viñedos que trabajan, ya no hay
vuelta atrás. Probé el NU tinto 2018 (100% Monastrell), el NU VA 2018 y el NU
Rosado 2018. Los tres me gustaron mucho, pero quiero destacar uno especialmente
porque me sorprendió por su elegancia y suavidad.
NU VA 2018
Vino tinto natural y artesano compuesto por diferentes variedades antiguas que actualmente
apenas se cultivan. Su elaboración es muy simple: las uvas se maceran durante 6
días con sus hollejos. Inicio de fermentación en depósitos de 300 litros, a 20º
durante 30 días. Mínima intervención en bodega. Sin químicos ni levaduras comerciales.
No contiene sulfitos añadidos. No se filtra ni clarifica. Solo se elaboraron
292 botellas en el 2018, por lo que estamos hablando de un vino casi exclusivo.
El resultado es un tinto de capa baja, brillante y buena lágrima. Nariz
de mediana intensidad donde destacan las notas, casi perfumes, a fruta roja y
flores. En boca es ligero con un marcado
carácter frutado, aunque no es de esos tintos con fruta desbordante, sino más
bien equilibradas con notas herbáceas e incluso terrosas. Sobre todo, destaca por
su suavidad y elegancia, poco habituales en vinos naturales o artesanales, que
suelen tener más tendencia a la rusticidad. ¡Me gustó muchísimo!
Creo que esta añada ya está agotada. Así que mi consejo es que no se
despisten con la 2019 si quieren hacerse con alguna botella de las pocas que
estarán disponibles (creo que aún no ha salido).
Seguimos con, MANU GUARDIOLA
VITICULTOR
Los muros de piedras son lo que ilustran la etiqueta de sus vinos |
Vitivinicultor de la Marina Alta (NE de la provincia de
Alicante) con una larga historia familiar en la producción de vino. Su padre y antepasados
ya elaboraban vino para autoconsumo desde varias generaciones atrás, como era
la costumbre en la comarca. Recientemente ha decidido dar un paso adelante y
emprender su nuevo proyecto.
“Nuestra filosofía de trabajo es ser respetuosos con
la naturaleza y el medio ambiente, por eso trabajamos todas las parcelas en
ecológico, es decir, en la manera tradicional de cultivar la viña. Nuestras parcelas están llenas de vida,
tratamos de cuidar la fauna auxiliar que nos ayudará a tener un equilibrio en
nuestro entorno y de este modo facilitar que nuestras uvas estén sanas a la
hora de vendimia.
Fermentamos los vinos con levaduras autóctonas, no
añadimos ningún tipo de aditivo excepto un poco de sulfitos, ni filtramos ni
clarificamos. De este modo intentamos que el vino que vamos a beber sea la
máxima expresión de la uva que cultivamos en el campo. Es mi forma de traer
alegría y felicidad al mundo. Espero que disfrutéis de mis vinos”.
Elabora tres vinos en su pequeña bodega familiar situada en
el centro del pueblo de Xaló. Un tinto (mezcla de Giro, Monastrell, Syrah,
Merlot y Merseguera), un blanco (Moscatel seco y Merseguera) y un rosado (Giro,
Monastrell y Merseguera). He probado dos de ellos, solo me queda el tinto, y la
verdad es que no sabría cuál destacar porque ambos estaban realmente buenos. Me
incliné por el rosado, porque está dentro de esos escasos vinos rosados que no solo
buscan calmar la sed.
ELS MARGES ROSAT 2017
Vino Rosado compuesto por un 70% de Giró, 25% de Monastrell
y 5% de Merseguera. Se realiza una primera vendimia de los racimos más grandes,
apretados y frescos. La uva se despalilla y va directamente a la prensa
vertical. Posteriormente se pasa a depósito a baja temperatura para hacer un
ligero desfangado a las 24 h. Las levaduras autóctonas del campo y de la bodega
son las encargadas de llevar a cabo la fermentación alcohólica. Se controla la
temperatura y al final de fermentación se sube para que se quede seco y se
trasiega, separando las levaduras gordas de los finas. Permanece en tanques de acero
inoxidable durante 12 meses con movimiento de lías finas buscando dar más
estructura al vino.
El resultado es un vino rosado anti-rosado. ¿Qué quiero
decir con esto? Que se trata de un vino color rosado intenso, brillante y
glicérico, pero con alma de tinto. En boca es graso, untuoso, voluminoso, con
estructura, con sabores dominantes de fruta roja madura (no pasificada), herbales
y con mucha frescura para equilibrar su paso por boca. Se puede comer acompañando
un asado a la parrilla o un chuletón que ni se inmuta.
No piensen en un rosadito fresquito de verano, que podría funcionar
perfectamente si es esto lo que buscan, pero piensen en un vino más serio y
complejo, con un potencial de guarda de un par de años como mínimo. ¡Un señor
rosado!
Finalizamos con, AIDA Y LUIS
¿Quien no se bebería un vino elaborado con las uvas de esta viña? |
Es un proyecto vitivinícola de reciente creación (2018)
ubicado en Xaló, en la Marina Alta, donde elaboran vinos artesanales de las
variedades autóctonas de la zona: Moscatel y Giró.
“Nuestra filosofía es la de elaborar vinos que reflejen
la identidad de la Marina Alta. Para ello, elaboramos vinos mono-varietales de
variedades autóctonas buscando los microclimas más idóneos para cada variedad y
cada elaboración. Vinos de mínima intervención donde la uva sea la
protagonista. Nuestros vinos están elaborados en pequeños lotes muy cuidados,
fermentando cada micro-viña por separado y dejando que las fermentaciones
arranquen solas con la propia levadura del viñedo, sin la realización de un pie
de cuba para conseguir la máxima expresión y singularidad de cada parcela. No
filtramos, no clarificamos, no estabilizamos...”
Por cuestiones de tiempo (no me alcanza el fin de semana
para catar todo lo que tengo guardado) solo llegué a probar el tinto. Con eso
me alcanzó, y me sobró, para querer escribir sobre este proyecto y este vino.
Es más, lo hubiese hecho sin probarlo porque de un viñedo tan espectacular, como
el que ven en la foto debajo, tiene que surgir un vino de igual calibre. Al
final la cosa es más simple de lo que muchos piensan. Si el vino no está
demasiado “maquillado” será un fiel reflejo de la tierra que lo parió. ¡Así de
fácil!
MABOI 2018
Elaborado artesanalmente con 100% de uva Giró, procedente de una
parcela en la Sierra de Bernia, un paisaje protegido, a 620 msnm (uno de los
viñedos más altos de la comarca) y a tan solo 6 km en línea recta del mar. Un
viñedo muy especial con suelos
arcillosos y con mucha piedra. Se
fermentan los racimos enteros, con raspón y levaduras naturales. Maduración de
8 meses en depósitos, sin clarificar, filtrar ni estabilizar. Solo paisaje
embotellado.
Aida y Luis definen su MABOI 2018 como un vino elegante,
ligero, sabroso, muy frutal en boca con aromas a monte bajo, frutos rojos, un
toque de brea... Estoy de acuerdo, a pesar de no reconocer la “brea” que
tampoco me cambia mucho la cata.
Dejando de lado el entusiasmo que siento cuando pruebo un
vino como este, debo decir que me pareció un tinto extraordinario. Nunca
imaginé que un vino, mucho menos un tinto, de esta región de España podría
tener tanta frescura. Sobrio, mineral, fruta roja, especias, notas
mentoladas... Los taninos aún están levemente rugosos, pero no molestan en
absoluto. ¡Un espectáculo!
Otro puntazo para destacar es la etiqueta ilustrada por
Jaume Mora, inspirada en azulejos pintados a mano típicos de la zona de xaló,
instrumentos e indumentaria regional sobre personajes carismáticos. SI lo de
dentro es muy bueno, lo de fuera también.
Bueno, lo voy dejando por aquí de momento, en otro post les
contaré más cosas... En lo personal seguiré apostando por estos proyectos y
estos vinos, son el presente y el futuro, no tengo dudas de eso.
Salute,
Rumbovino, cada día más natural.
Casi 10 años comunicando el vino. En favor del consumo moderado y responsable.
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