¿Qué tipo de vino te gusta? Me lo han preguntado no menos de
500 veces desde que tengo algún grado de relación con la noble bebida.
Mencía en bancales del Río Sil - Galicia |
Mi respuesta al interrogante ha ido cambiando prácticamente
cada vez. Es que no puedo ser capaz de responder con absoluta certeza qué tipo
de vino me gusta porque no lo sé. En realidad, para ser más claro, debo decir
que hasta hoy no lo sabía. Y que el vino que me gusta hoy, antes no me gustaba.
Esto que suena laberíntico y esquivo, no es más que la
experiencia que he ido ganado con el tiempo. Y sobre todo en cada oportunidad
que tuve de estar cerca de un viñedo y de los hacedores de vino, que en muchos
casos no son enólogos.
En mis primeros acercamientos, como novato a este mundillo,
me gustaban aquellos vinos que impactaban mi atención por su color y su cuerpo.
Cuando más densos y oscuros eran, más me gustaban… Recuerdo como si fuera hoy
un Ribera del Duero joven, que costaba 2 euros y bebíamos durante la cena con
mis compañeros de piso durante el primer año de tesis en España. Hoy tengo que
reconocer que ese vino fue el que me despertó la curiosidad. De esto hace 10
años ya.
Luego, cuando comenzó a gustarme el vino un poco más
seriamente, es decir cuando comencé a querer saber más, comenzó a gustarme el
vino maderoso. Si olía a madera y sabía a madera era el mejor vino del mundo… Aún
recuerdo, en mi primer tiempo tras el regreso a Argentina, uno que venía con un
chip de roble en el interior de la botella. El día que lo probé pensé que no podía
existir un mejor vino en el mundo.
Después llegó la etapa de buscar cosas nuevas… comencé,
junto a Noemí, a recorrer bodegas. Sobre todo me interesaban los paisajes de
viñedos donde estaban las bodegas. Ahí la cosa comenzó a cambiar; porque la
madera ya me tapaba otras cosas…y esos paisajes no los encontraba en el
interior de la botella.
Viñedos Quebrada de Humahuaca (Jujuy). Argentina |
En esos vinos que me gustaban encontraba la viruta del roble
que reconocí en muchas bodegas visitadas. Entonces tuve claro que quería otra
cosa… Quería que ese vino sepa al lugar donde nacía la uva y sobre todo que
sepa a uva, a fruta!
No obstante, con ese gusto más evolucionado tuve un serio
problema… nunca me gustaron los vinos ácidos. Y me pasaba que donde más pureza
de terruño y más fruta encontraba, más acidez tenían sus caldos.
Cuando tomé un Mencía
de la Ribeira Sacra por primera vez, no llegué a terminar media copa… Lo mismo
me pasó con algunos Malbecs del Valle de Uco o de Luján de Cuyo… ni hablar con
algunos de Cafayate. La acidez que acompañaba la fruta me molestaba, aunque
tenía claro que no quería un vino empalagoso por la madera.
Fue ahí donde modifiqué mis gustos nuevamente… Aparecieron
los vinos más equilibrados, donde la fruta, la acidez y la madera estaban en
franca armonía. Recuerdo grandísimos Malbecs poderosos y equilibrados, que
mixturaban la intensidad y hermosura de la cordillera de los Andes, con la
armonía de una barrica de roble nueva bien utilizada.
Los paseos por Toro o la Ribera del Duero me enseñaron que
todo lo que encontraba en el interior de sus botellas era ese clima hostil,
casi desértico y pedregoso de León y Castilla. Los relieves, el calor y el
color de la tierra del norte de León, le
otorgan a la Mencía esa fuerza y maduración que solo adquiere en el Bierzo.
Ribeira Sacra del Río Miño- Galicia. |
Sin embargo, he dado un paso más en mi evolución hacia el
tipo de vino que me gusta. Y es que este viaje por Galicia me ha cambiado
nuevamente.
…Este viaje por Galicia lo he dedicado a recorrer el terruño
gallego con detenimiento… con la mente más abierta y un poco más sabia (sin
sentirme sabio en absoluto, claro!).
En este viaje pude entender los vinos de Galicia y me
enamoré. Me enamoré perdidamente de los vinos gallegos… De su desfachatada frutalidad,
su increíble mineralidad y su refrescante acidez.
Los vinos gallegos son puro paisaje y creo que mejor que ningún
otro expresan el terruño de donde vienen. Hablo de los albariños de las Rías
Baixas, de los Ribeiros blancos y tintos, de Valdeorras entre montañas y sus
blancos y tintos de uva autóctona…
…Pero sobre todo, hablo de los vinos que nacen en la Ribera
del Miño y del Sil… Y hablo también de los viticultores, pequeños, de una o dos
hectáreas, que trabajan el viñedo con el corazón y están orgullosos de la
tierra que los parió. De esos viticultores que hacen equilibrio para no caer
por los bancales que se sostienen desde la época de los romanos, que meten sus
cepas entre las piedras de la montaña, que soportan el terrible invierno
mientras dan forma a sus plantas durante la poda, o se suben a una barca para
vendimiar porque no pueden acceder de otra forma. Hablo de esa gente y de esos
vinos.
Ribeira Sacra. Río Miño - Galicia. |
Ahí y así, cada vino es diferente. Porque se muestra igual
que su dueño y el lugar. Al probarlos uno siente cuánto y cómo se cuidó la
viña… siente las piedras de la montaña, de sus iglesias románicas, y lo bucólico del bosque autóctono que allí
perdura… Siente lo húmedo o lo seco del año en la madurez del caldo, y entiende
el porqué de su filosa acidez y sus pocos grados de alcohol. Siente el poco
roble de barricas viejas o envejecidas, que apenas otorgan redondez para no
esconder nada de lo que la naturaleza entregó con su fruta… La Ribeira Sacra es
sus vinos.
Cuando uno se empapa de estos paisajes, toca, huele, siente
los viñedos y charla con los hacedores… Cuando uno hace eso… su gusto por el
vino cambia para siempre.
Por eso cada vez entiendo más a aquellos que se animan a
hacer cosas diferentes, sin exagerar de barricas y sin estresar la planta para
que entregue lo que no tiene, priorizando la expresión de la tierra en la que
crece la uva.
Desde ahora, me declaro un incondicional de esa gente y esos
vinos. Gracias a ellos.
Salute, Rumbovino.
Esto es lo que siempre me hubiese gustado escribir y de lo que jamas encontré palabras. Me ocurre que la acidez es un tema pendiente de esta época y la siguiente, pero después vendrá otro factor a cambiar ese gusto y ese descriptor.
ResponderEliminarLo que prevalece para mi en estos momentos es lo que ustedes muy bien definen, vinos que se muestran al lugar de origen y la interpretación personal del que lo hace.
Saludos y salud!
Y por cierto, acá me revientan mi compatriotas con el tema de la acidez, se la buscan incluso a la cepa que no la contiene con espontaneidad, es mejor cuando aparece como un regalo.
ResponderEliminarQuerido Álvaro... un millón de gracias, como siempre, por ponernos los cachetes colorados y a la vez un poquito orgullosos de lo que escribimos... Esta nota salió del corazón, como todas las que hacemos, pero esta en especial...creo que es una declaración de amor en toda regla... me ha llevado años, comenzar a entender un vino y en saber qué me gusta de él... Cuando escribía esta nota me acordaba de vos... cuando recorría este paisaje y su gente me acordaba de vos, porque leo tus notas y me veo reflejado en ellas... Sabía que esta entrada iba a gustarte, porque esos son los vinos que te gustan! Abrazo gigante y salute!!!
EliminarHola gente, muy buena su nota.
ResponderEliminarMe ha pasado recorrer un camino similar a ustedes. Esos descubrimientos que uno va haciendo, primero con vinos más económicos, luego con los bonitos y baratos, la búsqueda de la fruta, el deslumbre de la madera... Ahora estoy en la etapa de la búsqueda del superequilibrado y también de la personalidad, la paticularidad, en los vinos que tomo.
Supongo que es el camino del aprendizaje.
Me dieron ganas de tomarme un vino medio artesanal que me traje de San Rafael, ya me lo descorcho.
Salute!
Muchas gracias Ariel!! Como vos decís, es un camino que uno recorre mil veces ida y vuelta, y nunca se cansa de encontrar cosas nuevas... ya ves qué me está pasando. El vino artesanal tiene muchas definiciones... el vino que cuenta un paisaje y a su hacedor, solo una... es el vino perfecto! Un fuerte abrazo y que disfrutes de ese Sanrafaelino! Salute!
EliminarEl vino es un camino que se recorre a lo largo de la vida, uno lo va conociendo y así también va madurando su gusto personal. Lo bueno de ese camino es que siempre evoluciona y te permite descubrir cosas nuevas.
ResponderEliminarGran nota!!!
Abrazo Patagónico
Perfecto lo que decís Fabi... es un camino de ida en el que se aprende poco a poco y que siempre sorprende. Pocas cosas hay así en el mundo... estamos seguros de eso!! Un gran abrazo y muchas gracias! Salute.
EliminarAMIGOS NOEMÍ y ANDRÉS:
ResponderEliminarErnest Hemingway decía que "el vino es uno de los objetos más civilizados que existen". Entiendo que esta definición se refiere al gran trabajo humano que hay por detrás; también al aprendizaje de generaciones enteras sobre como cuidar la viña y hacer el vino; además de la educación y cultura que requiere su correcto disfrute...
Ustedes lo han dicho con palabras menos rimbombantes, pero se ve que muy sentidas. Un gran post sin dudas !!
Abrazo desde Córdoba. ROBERTO
Muchas Gracias Roberto!!
EliminarEs tal como tu los has dicho, en realidad lo escribimos desde el corazón, con pasión y menos trascendencia!! jejejejeje.
Un fuerte abrazo y muchas gracias por comentar siempre! Salute!
Amigos, venia atrasado con la lectura y me tope con sus líneas!!
ResponderEliminarIncreibles experiencias han vivido y que bueno que el gusto no sea algo que viene en el ADN y que uno lo pueda ir cambiando con el tiempo y con el conocimiento y descubrimiento de nuevos sabores y estilos de vinos.
Que sea constante durante toda la vida el cambio de gusto habla de que la naturaleza es cambiante, y las nuevas generaciones van probando y haciendo vinos con innovaciones enológicas y tecnológicas.
Mientras tanto, nosotros sigamos probando, tomando y descubriendo "El vino que me gusta".
Muy buena nota, y Feliz día del Blogger!!
Abrazo!
Hola Esteban!!
Eliminarsin lugar a dudas, en este viaje aprendí más cosas sobre vino (todo lo que su mundo encierra) que en todo el tiempo que llevo intentando hacerlo... Y eso, ha modificado mi ser irremediablemente, porque como digo en el post, cuando uno experimenta la otra parte del vino, su gusto cambia para siempre!
Pero me quedo con lo que decís al final..."Mientras tanto, nosotros sigamos probando, tomando y descubriendo "El vino que me gusta".
Abrazoo y salute!