Glicérico,
piernas largas, gruesas...
Color
rojo picota, capa media alta. Profundo..
Nariz
exuberante... compleja y cambiante, en capas... Al principio vegetal,
monte bajo, especiado, tierra húmeda, luego va cambiando y aparecen
notas más florales, perfumes a rosas (raro este aroma), sigue
terroso, pero con algo más. Nunca fruta roja, son notas más
rústicas, puras...Por momentos parece existir una cierta nota como a
madera camuflada, en el fondo...algo como pino, cedro también...
En
boca es musculoso, sus taninos aún raspan, agarran, liman, pero me
gustan... A pesar de su fuerza tiene esa frescura y mineralidad
directa al corazón que tienen los vinos de la Ribeira Sacra. Se lo
nota artesanal, en boca se comporta de esa manera, como sin pulir,
bancal, sol, pizarra, vides extremas, trabajo, sudor, esfuerzo, arte,
placer... todo eso.
Emocionante!
Gracias
por leernos,
Salutes,
Rumbovino.
“Difundiendo
la cultura del vino y en favor del consumo moderado”
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