Por
motivos personales y familiares visito España desde hace más de 15
años, y como es lógico
para un amante del vino como es mi caso, cada estadía me sirve para explorar lo más posible el mundo vitivinícola ibérico y disfrutar de sus etiquetas.
Pero con el tiempo me di cuenta, casi inconscientemente, que en cada viaje regresaba más decepcionado. Porque tenía la
sensación que la mayoría de los vinos a los que podíamos acceder
los consumidores que pertenecemos a los estratos sociales más
normales (eso es importante de aclarar), eran
casi clonados unos con
otros. Daba igual la Denominación de Origen de dónde proviniese el
caldo, todos eran prácticamente
iguales, y eso, en un país como España, dueño de una riqueza de terruños poco común en otros países, no podía estar pasando.
Confieso que, como buscador insaciable de cosas nuevas, como
consumidor y aficionado a este mundo del
vino que soy y del que
me siento parte, esa monotonía me tenía profundamente
preocupado.
Pero
por suerte, a estas alturas y luego de tanto bostezo rutinario,
parece que algunas cosas están cambiando en el panorama del vino
Español. Insisto que
estoy hablando de las gamas de precios más básicos y abundantes
(pondría un límite de 15€). Con gran placer estoy viendo que, de
a poco, cada día son más las bodegas y viticultores que ofrecen
cosas diferentes, rompiendo los moldes preestablecidos por los
“gurues”
que durante mucho tiempo nos hicieron dormitar de aburrimiento.
Claro,
hay que poner todo en contexto. Porque haber hay de todo. Que un vino
sea “diferente” no quiere decir que sea bueno, o que vaya a
gustar. Puede que sucedan las dos cosas y
que, además
de bueno nos
guste, o puede que no
pase ninguna de las dos. En lo personal he probado vinos “diferentes”
que no me parecieron buenos ni me gustaron y otros que me hicieron
casi llorar de la emoción.
Lo
que quiero remarcar como pequeña introducción al tema y a esta
nota, es que en plena revolución enológica como estamos viviendo
actualmente, donde vuelven a valorarse los terruños a las levaduras
diseñadas, donde los
cepajes autóctonos se recuperan, las maderas se ajustan y pasan a
segundo plano, y la viticultura orgánica tiene cada vez más coraje,
solo por citar algunas variables... aparecen constantemente vinos
dispuestos a espabilarnos la modorra y hacernos pensar en que
efectivamente, la cosa pinta bien y tiene futuro.
Y
claro, siempre quedarán
los clásicos que se mantuvieron a flote a pesar de los malos tiempos
y los valientes que desde un principio se animaron a proponer otras
cosas, por suerte.
Para
ilustrar esta nota, y solo por mencionar algunos ejemplos, les dejo
una humilde selección
de cuatro etiquetas que
me gustaron mucho por valientes, por distintos y porque no tuve
que dejar el sueldo del mes en la caja registradora para hacerme
con alguna botella.
Podría
escribir un libro como introducción para hablar sobre este vino,
pero solo voy a decir que EL PRIMER BESO 2013 es un Ribera
del Duero. Con esta
clásica DO, me he llevado tantos chascos últimamente que no quería
tentar más el destino, pero lo compré porque nos lo recomendó un
amigo en quien confiamos mucho y porque cuesta poco más de 8 €.
Yendo
al vino, les digo que si lo cato a ciegas me hubiese ido a un lugar
fresco, seguramente a Galicia, Ribeira Sacra o algún tinto de las
Rías Baixas. Este tinto joven 100%
Tinta Fina
procedente de viñedos de Quintanilla de Arriba, elaborado bajo las
normas de cultivo biodinámico y del que solo se elaboraron 13.000
botellas me devolvió las ganas de beber vinos del Duero. Hay
juventud, claro, pero de la buena. Colores intensos y aromas a
frutillas jóvenes para disfrutar. En boca, sobre todo tiene frescura
(mucha), vivacidad, frutalidad que desborda y una desfachatez
absoluta. Se bebe por litros.
Les
recomiendo que lo busquen y lo prueben. Luego me cuentan! Si quieren
data del vino y la bodega, sigan este link.
PEÑA EL GATO 2011
De la DO Rioja nos llega esta etiqueta de viticultura orgánica y elaboración artesanal que nos deja con la boca abierta. 100% Garnacha de viñas viejas, fermentadas y criadas en barricas de 500 litros. Durante la fermentación las barricas se giran 16 veces por día para favorecer el contacto con los hollejos. No hace fermentación maloláctica.
El resultado es asombroso. Aromas intensos a frutas rojas, balsámicos y terrosos. La madera no aparece por ninguna parte, no puedes quitar la nariz de la copa. En boca es levemente tánico, picante, pero está perfectamente ensamblado y muy sabroso. Los años le han venido muy bien sin dudas. Es un vino totalmente diferente a lo que uno se espera de un Rioja típico. Rematadamente atrevido y novedoso. Me gustó muchísimo!
Su viticultor, Juan Carlos Sancha, se especializa en variedades minoritarias como Tempranillo Blanco (mutación del Tempramillo tinto), Maturana Tinta y Garnacha. Y al igual que en el caso anterior, los precios son para todos los bolsillos. Si no recuerdo mal, este vino en Lugo ronda los 9€.
TRASTE 2011, una
mezcla explosiva de cepas centenarias de Garnacha
Tintorera (70%)
con algo de Mencía
(30%) y
toda la potencia de la DO
Valdeorras,
hacen de este
vino una cosa realmente auténtica.
José Luis Aristegui, su hacedor,
no se anda con chiquitas y mete todo lo que tiene, exprimiendo al
máximo estas uvas con una crianza en madera que ni se siente. Un
vino literalmente de “Garaje” y de “autor”.
Muestra
mucho color y densidad alta, pero no exagerada. Al meter la nariz uno
se encuentra con un vino en serio. Sobre todo expresa terruño, nada
de explosividades absurdas y artificiales. Dominan las notas
terrosas, piedras, hierbas, especias, balsámicos y frutos negros
maduros. En boca es igual. Hay potencia y robustez, sus taninos aún
necesitan lima pero se disfrutan igualmente porque está bien
equilibrado. Me gustó sobre todo su frescura, tratándose de un vino
de 15% vol. eso dice mucho. Además su madera justa le aporta
complejidad sin caer en los abusos actuales.
Punto
alto para ese tintazo de Gallego. Su precio ronda los 15 €.
TRAGOLARGO 2013, Otro
vino que me descolocó y me hizo disfrutar un largo rato. Se trata de
un vino joven 100%
Monastrel proveniente
de la DO
Alicante.
En su elaboración podemos reconocer
su “diferencia”. Fermentación: 30% de uvas a 15º enteras sin despalillar, 40% uvas despalilladas y rotas, y 30% uvas enteras despalilladas, el raspón por encima, a modo de sombrero. Fermentación sin control de temperatura. Descube a inox, maloláctica en inox, sin roble y sin sulfitos. Su producción es reducida y su precio ronda los 6 €.
Rojo
picota, limpio, brillante...etc. Vamos a lo que importa... En nariz,
sin siquiera agitar copa, sus aromas vuelan e inundan la habitación
de flores y frutas rojas jóvenes. Más que nada notas a flores sobre
un agradable fondo mineral...eso fue lo que me impactó. En boca es
franco, muy sabroso, fresco y de gran equilibrio. De esos vinos
golosos no empalagosos, que se puede beber cantidad y no te cansa. Es
diferente por aromas y sabores, pero también porque no saquea los
bolsillos.
Su
creador,
Rafa
Bernabé, a quien acabo
de conocer recientemente a través de sus vinos, es
de esos productores que arriesgan y buscan hacer cosas distintas
siempre, ofreciendo un
portafolio de opciones una más atractiva que otra, y lo mejor es que
todos sus precios son más que aptos para estos tiempos de crisis.
Tengo en casa algunas botellas más de otras etiquetas para probar
así que pronto les cuento más, porque no creo que me duren mucho.
De
paso les recomiendo que se den una vuelta por el blog de Viñedos Culturales, es un autentico placer leerlo y conocer la filosofía del
proyecto que lleva adelante Rafa.
En
fin... que me parece que la cosa pinta muy bien por la nueva España
y hay mucho más. Aún me queda pendiente la nota de la visita al
Salón de las Estrellas que organizó la Guía Peñin
en Madrid (y a los que agradezco mucho su invitación), ya que volví repleto de novedades. Mucho por probar y
poco tiempo, como siempre, pero hay etiquetas y cepajes realmente
interesantes para conocer. La DO más pequeña de España con apenas
20 hectáreas de viñedos, variedades como Garnacha Blanca, Rufete y
Vidadillo entre otras cosas que me gustaron mucho, y que con tiempo
en futuros reportes intentaré ir contando.
Gracias
por leernos,
Salute,
Rumbovino.
“Difundiendo
la cultura del vino y en favor del consumo moderado”
* Esta nota fue publicada en la Revista Vinarquía (Nº2, 2014).
Me encantó la nota y como un media docena de botellas nos pueden llenar de esperanza.
ResponderEliminarSoy de los que suscriben que el vino español había entrado en un letargo insólito, vinos que en cuatro o cinco años habían cambiado diametralmente a lo que eran tratando de ajustarse a la moda del momento. Mi deseo es que sigan los productores buscando esa singularidad y puedan ofrecerla al público comun y corriente a un precio digno para ambos.
Salud y buen fin de año!!!!
Muchas gracias Ariel!!!
EliminarCoincidimos con el diagnostico y nos sumamos a tu deseo... Ya ves,que a nuestro juicio, siempre parcial, la cosa va por el buen camino...
Abrazo y espero que hayas comenzado un muy buen año!
Salutes!