Un blog de vinos por aficionados, para aficionados. Mas que un blog, nuestro cuaderno de notas.



24 octubre, 2015

7 años de Demencia

El 22 de octubre de 2008, en Casilda, Argentina, me casé. La fiesta fue sencilla. Picadita de salamín y queso, asado y ensalada para los invitados fue todo lo que hubo. Sin protocolos rimbombantes ni cosa rara al estilo de las bodas actuales, que confieso me aburren soberanamente.

Amigotes, de los buenos. Vino y Fernet... Nos agarró el amanecer cantando a Sabina en el medio del salón del comedor de la Escuela Agrotécnica, improvisada pista de baile para la ocasión. Hermosa noche que cada año recordamos felices.

Ayer se cumplió otro año más. El séptimo. Sin querer queriendo, para el pertinente festejo, elegí un Mencía del Bierzo que justo en el momento que me estaba casando a 10.000 kms, estaba entrando a la barrica nueva luego de la fermentación. Además lo hace un amigo, al que solo vi una vez, pero fue suficiente para considerarlo como tal en este mundo del vino. Nacho León se animó con unas cepas de mencía centenarias que tenían más potencial que realidad… Empezó su proyecto DeMencia de Autor… por la locura y estas cosas, ya saben… Cuando lo visité, hace 3 años, me traje una botella que esperó hasta hoy. Cumplía 7 años, como Noemí y yo.

Hay momentos y momentos. Vinos y vinos. Y también hay vinos para determinados momentos. Este es uno de ellos...





Rojo picota de ribetes levemente teja. Glicérico, de piernas largas y gruesas. Apunta edad. Pero aparenta menos...

Nariz que atrapa al instante. Notas intensas que desbordan la copa. Maduras, asentadas. Se notan los años aunque es joven aún. De entrada aparecen los terciarios sobre todo...de buena evolución. Aromas a fruta roja madura, mermeladas mezcladas con nuez, higos y pasas. Algo de cedro, clavo, lácticos, chocolate amargo y miel. Había más…pero ya reconocí varias veces que mi capacidad como sabueso es limitada.

En boca, ganó con el tiempo. Por apurado no lo dejé respirar, me pudo la ansiedad, como casi siempre, y pagué con la primera copa. Al comienzo le faltaba algo...no mostraba nada de las cualidades que anunciaba en fase olfativa. Luego, se mostró en plenitud. Potente, algo hot por encontrarle un pelo a la leche. Complejo, con mucha frescura y fruta roja exquisita. Franco con la nariz. Taninos adultos que aún dan algo de guerra pero no molestan en lo más mínimo. Tiene grado, pide comida a su lado, de la que se come en el bierzo, fiel a su origen.

Imagino que este vino esté agotado ya hace rato… Tengo pena de no haber comprado más botellas, porque va a seguir mejorando. Está lejos de su techo, creo yo. Si alguno tiene botellas guardadas, cuídelas… valen oro.

Debería volver a visitar a Nacho y darle un abrazo. Sé que el proyecto va bien y el portfolio aumentó. Las obligaciones y el tiempo me lo impidieron… pero no creo que demore mucho en hacerlo.

Esta es la nota que publicamos en Septiembre de 2012. Pinchar aquí.


Gracias por leernos,


Salutes. Rumbovino.

Difundiendo la cultura del vino y en favor del consumo moderado y responsable.


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