Viviendo en Lugo, donde actualmente como y bebo, cualquiera puede pensar que es sencillo encontrar un sitio donde se pueda tomar una buena cena junto a un buen vino, que es lo que casi cualquier mortal aspiraría a hacer en una noche especial, festejes algo o no. Pero lo que la realidad y mi experiencia indican es que el asunto en la ciudad amurallada ya no es tan simple porque en tema restauración la cosa ha cambiado mucho y parece que se ha estratificado en dos partes bien distintas (como el vino con su parte sólida y su parte líquida luego de la fermentación). O bien eliges la típica churrasquería para comer como una bestia junto a un vinito de cosechero de la Ribeira Sacra y pagas unos 10-11€ más feliz que un ocho; o te metes en algunos lugares de culto de alta cocina (y en ocasiones no tan alta) y dejas medio riñón en el intento. Prácticamente se acabaron los términos medios, y esto es algo que se debería recuperar porque ya no se está haciendo mérito para sostener la famosa frase que reza “E para comer… Lugo”. Así era antes, es una pena que ya no.
Por eso esta mañana de domingo me detengo a escribir sobre XANTAR BULLÓ, porque ya casi no quedan lugares así por Lugo y porque disfrutamos de una excelente cena de raciones y un excelente vino sin adelgazar la cuenta bancaria.
Sabéis que este es un blog de vinos, pero todo buen vino se disfruta el doble con una buena comida, y para combinar ambas cosas este Restaurante-Tapería metido en pleno centro histórico es una buena elección. Lugar pequeño pero muy funcional, una vieja casa restaurada que en la parte de abajo se puede tapear y arriba unas pocas mesas en un entorno agradable donde se puede comer o cenar (recomiendo reservar). La oferta de platos es corta pero variada y exquisita. La carta de vinos es un poco más amplia y en general bien enfocada (creo que podría mejorarse) y sabiendo buscar se encuentran cosas interesantes. Pero sin dudas lo mejor es que su precio no está tan sobrecargado permitiendo la opción de seleccionar etiquetas que en cualquier otro lugar pagarías bastante más por ellas. Destaco esto porque tampoco es común, parece que todos los restaurantes del mundo intentan ganar más dinero con la bebida que con la comida, qué disparate es ese.
Pedimos 3 raciones y postre…Más que suficiente. De primero cecina con queso de oveja y tomate confitado (una delicia), luego vinieron unas croquetas caseras de Boletus (ricas, ricas!) y cerramos con unas zamburiñas a la plancha extraordinarias. De postre, para compartir, una fantástica bica con helado casero y un arroz con leche templado con frutas compotadas de estación (el mejor postre que he comido en mucho tiempo sin dudarlo!).
Comidas tan dispares me complicaron la elección del vino, pero como soy un apasionado de la Ribeira Sacra (lo sabéis quienes nos leen) y de los vinos ecológicos y naturales, me incliné por Neno da Ponte Horta da Cal 2015 al que hacía tiempo le había echado el ojo pero no pude probar.
Foto de teléfono... medio pelo nomás |
Tinto elaborado por Roberto Regal con mixtura de 60% de uva Mencía, Garnacha 30% y Alicante Bouchet 10%, de viñedos de la zona de Mourelos (Río Miño) trabajados orgánicamente sin aditivos químicos y con cubierta vegetal. Se vinifica en tanques de inox previo pie de cuba en la viña y 20% de raspón. Maloláctica en inox y luego una crianza de 8 meses en barricas francesas usadas de 500 lts.
Debo comenzar diciendo la idea de elaborar vinos para diferentes bodegas por un mismo enólogo es algo que no me gusta del todo, porque en general suelen perder la esencia del terruño para dar paso a la esencia del elaborador y al final terminan pareciéndose casi todos entre ellos. Esto me ha pasado con algunos de los vinos de Roberto Regal últimamente, aunque en este caso, si bien se trata de su proyecto personal, el vino me sorprendió muchísimo.
Un Ribeira Sacra que no esconde ni maquilla su origen, con taninos aún por pulir (de una añada atípica en Galicia), pero con frescura, ese cierto verdor que tanto me gusta y con notas de frutas rojas presentes pero no tan marcadas. No es un vino frutal, no es esa su línea, al menos es lo que creo. Es mucho más profundo, con cuerpo y alma mineral, junto a una barrica bien trabajada e integrada que no aporta nada más que estructura y oxigenación. Me encantan los vinos que mutan en la copa en la medida que se van abriendo y cada trago es mejor que el anterior, hasta que se te acaba y te quedas con cara de tonto esperando más.
Tengo que reconocer que este es un tinto diferente de la Ribeira Sacra, de los que hace tiempo no pruebo. A cada uno lo que le corresponde. Un muy buen vino!
Su precio de venta al público es de unos 20-21€ aprox. En XANTAR BULLÓ creo que lo pagué entre 25-26€. La RPC es buena, un vino que hay que probar.
Salutes! Y por otros tanto años, los que sean, pero que sean maravillosos como estos!
Mismo teléfono, misma foto de mala calidad |
Rumbovino.
8 años difundiendo la cultura del vino. En favor del consumo moderado y responsable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar.