Y si no gusta?

Siempre discutimos con Noemí sobre qué hacer cuando nos encontramos con un vino que no nos gustó nada de nada!

Lo publicamos en el blog?

Entonces nos da por pensar que tras esa etiqueta o esa empresa, hay seguramente muchas personas trabajando de sol a sol, intentando hacer las cosas bien para elaborar un producto de calidad y no nos parece justo. Pero por otro lado pensamos que al igual que nosotros, cualquier otro mortal, también labura todos los días para ganarse el sueldo a fin de mes, y que muchas veces decide invertir en un vino esperando pasar un grato momento que nunca llega porque el producto se lo impide… y que quieren que les diga, eso tampoco nos parece justo! O a ninguno de ustedes les amargó la noche un vino alguna vez?

La pucha, qué dilema, no?

Reflexiones en primera persona:

Hace algún tiempo le escribí unas líneas a Mariano Braga (a quien leemos con bastante asiduidad) a raíz de una dura crítica a un vino “sin decir su marca” que él hizo en su web. Yo le decía justamente que no podía ser que los comunicadores de vino no digamos (me incluyo en esta clasificación) el nombre de la etiqueta cuando no nos gusta. Y mucho más si su valor supera la barrera de los $100, como era ese caso!! Mariano me respondió inmediatamente y entendí su explicación…

Esto lo digo porque, si bien respeto a los comunicadores (twitteros, blogueros, FBseros, o lo que sea) que deciden NO publicar los vinos que nos les gustan por los motivos que consideren; tengo que pedirles que no se olviden de la bendita libertad que tenemos de poder decir respetuosamente, claro, lo que pensamos (entendiendo que esta opinión es también subjetiva o personal), y sugerir al consumidor que no malgaste su dinero con algunos productos, porque ya lo hemos hecho nosotros por ellos.

Considero que, de alguna manera, esto es una responsabilidad que tenemos quienes comunicamos esta noble bebida. Una especie de contrato moral inconsciente que adquirimos para con quien nos lee (sean muchos o pocos).

También creo que si la crítica es respetuosa, bien fundada, constructiva y sobre todo sin alevosía e independiente, debe hacerse. Porque las críticas ayudan a mejorar, a pesar de que las que no son buenas, no gustan a nadie.

RUMBOVINO