Un blog de vinos por aficionados, para aficionados. Mas que un blog, nuestro cuaderno de notas.



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24 septiembre, 2017

GEWURSTRAMINER 2015, de LUNA BEBERIDE

Quienes sigan este blog saben, y quienes no lo hagan lo pueden comprobar con sólo echar un vistazo, que sobre todo habla de tintos. En general son, con diferencia, los vinos más me gustan y de los que más escribo. Los blancos también me gustan, pero son pocos los que me sorprenden al punto de sentarme a escribir de ellos. Por eso vengo hoy con este Gewurztraminer 2015 de Luna Beberide, una excelente Bodega del Bierzo de la que realmente no he hablado mucho, y que me pareció un exponente diferente y muy recomendable.

Hace casi un año que me lo regalaron y lo dejé en estiva un tiempo –me gusta que los blancos cuenten con algo de guarda antes de probarlos- y anoche lo pusimos a prueba acompañado de un exquisita tortilla de patatas con cebolla y una ensalada muy sabrosa.




Mostraba un color amarillo ambarino, limpio y brillante. Con lágrima fina y un excelente aspecto visual. En nariz me sorprendió su complejidad aromática mixturando notas de caramelo (sí, leen bien), peras confitadas, cascara de limón con suaves herbales y un fondo como de flores que suele caracterizar a estos cepajes alsacianos. En boca resultó vibrante, lineal, con mucha frescura pero con un correcto equilibrio general. Sosteniéndolo en la boca tenía volumen y hasta una cierta textura grasa que lo hacía muy interesante. Si bien las notas cítricas son las que mandan, están bien acompañadas de un suave dulzor que nunca llega a ser goloso y que lo hace muy fácil de beber y disfrutar.

Una más que correcta factura y una muy buena pero arriesgada apuesta por una cepa muy poco común, y que cultivada en una región calurosa y soleada como el Bierzo tenía muchas probabilidades de fracasar, al menos en los papeles. Ya ven que el resultado es más que bueno, sobre todo si pensamos que su precio no llega ni a los 9€. RPC Muy buena. Lo volvería a comprar sin dudarlo.


Buena vida y buenos vinos,

Salutes, Rumbovino.

7 años difundiendo la cultura del vino y en favor del consumo moderado y responsable.

06 noviembre, 2016

Casar de Burbia 2009, La Joya de la semana

Hace más de 7 años, un frío sábado por la mañana de invierno, nos recibía Isidro en su bodega Casar de Burbia en Carracedelo, León, corazón de la DO Bierzo. Recuerdo que esa fue nuestra primera “cata de valientes”, a pelo, directo de barrica, vinos sin maquillar ni filtrar ni estabilizados en botella… Probamos unas 20 barricas diferentes, de todos sus vinos… Experiencia fantástica que nunca terminaré de agradecer como debe ser.

Casar de Burbia elabora vinos para beber y disfrutar. Expresan la Mencía soleada y madura de esta zona como pocos. La crianza en madera está presente, siempre, en todos sus tintos, desde sus gamas más bajas. Pero con esto de las modas actuales, hay quienes critican ese exceso de madera. Hasta he discutido con algún bloguero en alguna ocasión por su desmesurada crítica hacia la bodega por el uso del roble nuevo en sus vinos.

En lo personal prefiero que la madera no se note tanto, pero la acepto y disfruto cuando está bien usada. Ya lo dije antes, Isidro hace vinos para beber, pero para vivir y permanecer. Busca un estilo francés, donde el producto gane con los años, que no sean de carreras cortas, vinos que no decaigan sino al contrario, que crezca sin parar. Todos sus tintos son y se portan así. Esa uva Mencía castigada por el justiciero sol del Bierzo madura tanto y tan sanamente que necesita roble para domarse y expresarse. No imagino esa uva (en ese lugar y con esas condiciones) expresando un carácter de vino atlántico. Por eso creo que Casar de Burbia logra lo que busca, vinos que gusten en el corto plazo, pero que maravillen con los años, y a mi humilde modo de ver, lo logra sobradamente.

Esta introducción era necesaria para poner en contexto la joya de la semana. Este CASAR DE BURBIA 2009 que compré en la vinoteca de mi amigo Rafa. Como conozco a Isidro y los vinos que hace y busca hacer, sabía que a pesar de ser la gama más baja de la bodega, ese tinto 100% envejecido unos 8 meses en barricas de roble tendría que estar tremendo… Ni siquiera fue una apuesta arriesgada, a esos vinos los elijo con los ojos cerrados. Obviamente no falló, y aunque algunos piensen que me paso con los adjetivos, digo que está soberbio, magnífico y me quedo tan ancho.




Los años le han sentado a las mil maravillas. En copa aún muestra un color rojo picota, con leves destellos rubí en los bordes. Limpio y brillante con gruesas y espesas lágrimas. Nariz intensa y muy compleja. Mixtura de frutos rojos maduros, mermeladas, especias (quizá clavo y pimienta negra), suaves mentolados, notas lácticas, humo y suaves destellos de vainilla. La boca está igual de buena. Limó todas sus aristas, suave y aterciopelado. Muy franco con lo que ofrece en su fase olfativa y con una vivacidad y frescura que le aporta esa acidez de la fruta madura que hacen que se pueda beber por litros. Final levemente dulzón de una madera que hizo su trabajo con los años y no le quitó ni un ápice a una fruta sostenida y perfectamente expresada. 
No le encontré ni un solo fallo. 

No sé cuántas botellas le quedarán a Rafa de este vino, pero me tendré que hacer con unas cuantas, porque por 10 € que es su valor (el de su tienda al menos) es un regalo que no voy, ni nadie debiera, dejar pasar. RPC Excelente ++++

Buena vida y buenos vinos,

Salute, Rumbovino.

6 años difundiendo la cultura del vino y en favor del consumo responsable y moderado.

19 septiembre, 2016

Finca La Cuesta 2014, un muy buen Bierzo

Lo cierto es que hacía tiempo que los tintos de con DO Bierzo no me decían gran cosa. Al menos si me remito a vinos que se manejen dentro de precios asequibles a los bolsillos de la mayoría de los consumidores. 

Al vino que hoy me ocupa lo tenía visto pero nunca lo había probado, seguramente por ese prejuicio del que hablaba antes. El asunto es que llegó a mis manos a través de un amigo que me dijo que le había encantado y pensó en que a mí también me gustaría. De haberlo comprado yo lo habría guardado un tiempo seguramente, ya que tratándose de una cosecha bastante nueva (2014) y con 12 meses de crianza en barrica francesa y un 100% de uva Mencía, era para esperarlo. Pero cuando un amigo me regala un vino (confieso que no es algo que ocurra con tanta frecuencia, así que my friends apuntar el dato) no suelo hacerlo esperar para darle mi opinión. Así que esa misma noche lo destapé. Y me gustó tanto que de recién levantado nomas me senté en el ordenador a tirar estas letras. 





Elaborado por la 
bodega Luna Beberide con uvas de viñedos de 60 años, localizados en la zona de Valdetruchas, en Villafranca del Bierzo, sobre laderas de suelo arcillo pizarroso de orientación sur y una altitud de entre 700 y 900 msnm.

En copa muestra un color rojo picota de capa media, con tintes violáceos brillantes que revelan su juventud. Glicérico, de lágrimas gruesas y perezosas. 

Necesita un poquito de aire para expresarse en nariz, de comienzo algo cerrada. Luego muestra intensidad y complejidad, pero de las menos habituales. Aromas frescos y limpios donde mandan las notas minerales acompañadas por frutos rojos pequeños en su punto de madurez y los tostados de la madera bien utilizada. 

En boca sorprende su frescura, con taninos pulidos y de recorrido ágil. Igual que en la fase aromática, su frescura es la que destaca, seguidas por sabores a frutos rojos jóvenes y notas levemente amargas -como de cáscara de ciruela madura- y dejos balsámicos. Su crianza en roble aporta elegancia y complejidad sin tapar para nada su naturaleza. Sí es cierto que no tiene un final muy largo, quizá es lo único que le puedo criticar, pero no opaca un ápice todo lo que ofrece.

Diferente a la monotonía de los DO Bierzo sobremaduros y maderosos que venía probando. Y aunque no me gusta mirar el precio de los vinos que me regalan, para hacer esta nota y calificarlo tuve que hacerlo. En su gama (entre 8 y 9 € en la web) diría que tiene una RPC más que muy buena

Sin dudas una etiqueta para tenerla muy presente. Gracias Jorge.

Buena vida y buenos vinos,

Salutes, Rumbovino.

6 años difundiendo la cultura del vino y en favor del consumo moderado y responsable.

29 agosto, 2016

PESCUDA, BREZO Y SÍLICE. Tres joyitas del 2014

Sin mucho preámbulo ni literatura me pongo en materia para contarles sobre tres vinos que probé este último tiempo y que, como sucede con no tanta frecuencia, lograron estimularme al punto de sentarme a escribir sobre ellos.




Encontré este vino hace un tiempo en las estanterías de una vinoteca de Viveiro y lo escogí equivocado pensando que se trataba de un tinto de las Rías Baixas ya que lo elabora Manuel Moldes (Bodegas Fulcro). Lo cierto es que luego descubrí que se trata de un vino de el Bierzo aunque no lleve la etiqueta de la DO.

Se trata de un corte 70% Mencía y 30% Alicante Bouschet procedente de Valtuille de Abajo. Se fermenta con todo el raspón y solo levaduras autóctonas. El 50% del vino se cría durante 11-12 meses en barricas de roble usadas y el otro 50% en depósitos de acero con sus lías.

El resultado es un vino que me sorprendió de la primera a la última gota. Nariz compleja de buen volume, con aromas que van desde los florales a los especiados y sobre todo minerales. De fondo algo de frutos negros jóvenes y quizá también un tanto de hierba fresca.

La boca es tan extraña como atractiva. De ataque intenso y sumamente sabroso, dominan las especias como la pimienta negra y las notas minerales (terrosas, piedras puede que férreas). Acompaña sabores a flores, balsámicos y frutas negras. De paso ágil, con gran frescura pero de esa tan integrada que no se puede separar y ensambla perfectamente, por lo que resulta fresco pero no se percibe acidez. Creo que va a evolucionar muy bien con el tiempo, pero está en un momento fantástico.

Su precio ronda los 12 o 13 € y la RPC es más que muy buena





Este blanco, elaborado por Grégory Pérez en el Bierzo logró sacarme la modorra de blancos parecidos y de poca gracia que venía probando últimamente.

Se trata de un “Blanc” complicado para los amantes de paladares tropicales y dulces facilones que abundan en el mercado. Su composición 70% Godello proveniente de una viña dispuesta en espaldera en Parandones sobre suelo de arcilla con mucho canto rodado y 30% Dona Blanca dispuesta en vaso y mezclada con uvas tintas en diferentes fincas. Todo trabajado de manera artesanal.

No tengo datos de su elaboración, pero se trata de un vino joven de apenas 12,5 % vol y un estilo diferente y arriesgado que a los buscadores de vinos así, que por suerte cada día somos más, aconsejo deberían probar.

Color amarillo pajizo, limpio y brillante. Nariz con perfil austero donde se perciben notas a manzanas, cítricos, hierbas aromáticas marcadas y mineralidad. Boca intensa y en misma línea, de acidez media-alta, pero bien puesta. Seco y de recorrido ágil, termina con un final amargoso fantástico.

Como dije antes, los amantes de las bombas blancas tropicales abstenerse. A los demás un vino para no dejar pasar. Su precio, si no recuerdo mal, mi amigo Rafa lo tiene sobre los 8,50 
€ y la RPC es muy buena





Tenía en deuda escribir sobre este proyecto, bastante nuevo, llevado adelante por un grupo de amigos entre los que se encuentran Fredi Torres, Juan Rodríguez y el bloguero Carlos Rodríguez en las pendientes empinadas y caprichosas dispuestas sobre el Río Sil.

Los que siguen este blog saben que soy amante de los tintos de la Ribeira Sacra (aunque este Sílice no ostente la dichosa etiqueta con la DO). Y fundamentalmente de aquellos que son elaborados a palo seco, sin paso por madera o una con una madera usada, como es este caso, para que no imprima tanta docilidad a unas uvas salvajes y expresivas como son en esta región maravillosa de Galicia. Por eso me fui por su etiqueta más básica.

Viñedos de unos 60 años sobre suelos de pizarra, granito y arenosos con cuarzo. Uvas en su mayoría Mencía y resto de Albarello, Merenzao, Garnacha Tintorera y uva blanca. 70% despalillado y 30% uva entera con raspón, fermentado con levaduras autóctonas y malolactica en foudre usado. Crianza de 9 meses sobre lías en foudre de madera usada de 5.200 litros. Viticultura respetuosa con el medio ambiente.

El año pasado probé su cosecha 2013 y si bien me gustó, me quedé con sabor a poco (tengo que ser sincero). Este año mi amigo Rafa me dijo que le había llegado la 2014 y me hice con una 2014 y una 2013 para ver cómo había evolucionado.

Para no hacer muy largo el post escribiré de la 2014, pero tengo que decir que la ´13 me gustó muchísimo más que el año anterior, ganó con la estiba.

Esta cosecha, más fresca que la anterior, me reconcilió con lo que espero de un vino de la Ribeira Sacra del Sil. Color rojo rubí con tintes azulados de capa media, brillante, limpio y glicérico. Nariz que de entrada necesita un poquito de aire. Expresiva y con mucha fruta roja fina (cerezas es lo que se me viene a la cabeza), infaltable mineralidad, levemente floral y fondo vegetal. En boca es vertical, muy ágil, redondo, vibrante, explosivo. Mucha frescura y finura y elegancia. La fruta roja fresca se mastica. 

Para beber por litros. Aplausos amigos. Un gran vino y un gran precio, 12,90 € con RPC espectacular.

Me quedaré con unas botellas para seguirlo, pero mi consejo es que no las dejen escapar.

Buena vida y buenos vinos,

Salutes, Rumbovino.

Durante 6 años difundiendo la cultura del vino y en favor del consumo moderado y responsable.

24 octubre, 2015

7 años de Demencia

El 22 de octubre de 2008, en Casilda, Argentina, me casé. La fiesta fue sencilla. Picadita de salamín y queso, asado y ensalada para los invitados fue todo lo que hubo. Sin protocolos rimbombantes ni cosa rara al estilo de las bodas actuales, que confieso me aburren soberanamente.

Amigotes, de los buenos. Vino y Fernet... Nos agarró el amanecer cantando a Sabina en el medio del salón del comedor de la Escuela Agrotécnica, improvisada pista de baile para la ocasión. Hermosa noche que cada año recordamos felices.

Ayer se cumplió otro año más. El séptimo. Sin querer queriendo, para el pertinente festejo, elegí un Mencía del Bierzo que justo en el momento que me estaba casando a 10.000 kms, estaba entrando a la barrica nueva luego de la fermentación. Además lo hace un amigo, al que solo vi una vez, pero fue suficiente para considerarlo como tal en este mundo del vino. Nacho León se animó con unas cepas de mencía centenarias que tenían más potencial que realidad… Empezó su proyecto DeMencia de Autor… por la locura y estas cosas, ya saben… Cuando lo visité, hace 3 años, me traje una botella que esperó hasta hoy. Cumplía 7 años, como Noemí y yo.

Hay momentos y momentos. Vinos y vinos. Y también hay vinos para determinados momentos. Este es uno de ellos...





Rojo picota de ribetes levemente teja. Glicérico, de piernas largas y gruesas. Apunta edad. Pero aparenta menos...

Nariz que atrapa al instante. Notas intensas que desbordan la copa. Maduras, asentadas. Se notan los años aunque es joven aún. De entrada aparecen los terciarios sobre todo...de buena evolución. Aromas a fruta roja madura, mermeladas mezcladas con nuez, higos y pasas. Algo de cedro, clavo, lácticos, chocolate amargo y miel. Había más…pero ya reconocí varias veces que mi capacidad como sabueso es limitada.

En boca, ganó con el tiempo. Por apurado no lo dejé respirar, me pudo la ansiedad, como casi siempre, y pagué con la primera copa. Al comienzo le faltaba algo...no mostraba nada de las cualidades que anunciaba en fase olfativa. Luego, se mostró en plenitud. Potente, algo hot por encontrarle un pelo a la leche. Complejo, con mucha frescura y fruta roja exquisita. Franco con la nariz. Taninos adultos que aún dan algo de guerra pero no molestan en lo más mínimo. Tiene grado, pide comida a su lado, de la que se come en el bierzo, fiel a su origen.

Imagino que este vino esté agotado ya hace rato… Tengo pena de no haber comprado más botellas, porque va a seguir mejorando. Está lejos de su techo, creo yo. Si alguno tiene botellas guardadas, cuídelas… valen oro.

Debería volver a visitar a Nacho y darle un abrazo. Sé que el proyecto va bien y el portfolio aumentó. Las obligaciones y el tiempo me lo impidieron… pero no creo que demore mucho en hacerlo.

Esta es la nota que publicamos en Septiembre de 2012. Pinchar aquí.


Gracias por leernos,


Salutes. Rumbovino.

Difundiendo la cultura del vino y en favor del consumo moderado y responsable.


09 septiembre, 2012

Demencia de Autor


A quién se le puede ocurrir comenzar un proyecto por el final? O por el medio? Realmente hay que estar un poco loco, no? Nacho León con su DEMENCIA hizo más o menos eso.


Este ingeniero agrónomo de Ponferrada comenzó su delirio comprando una pequeña viña muy antigua sin saber qué haría con ella… Había mucho trabajo por delante… las vides eran muy viejas, como de unos 100 años, y las plantas necesitaban un poco de tiempo y cariño para rejuvenecer y entregar su precioso fruto.

Pasaron los meses, llegó el momento de la vendimia, las uvas pintaban bien, y en lugar de venderlas decidió hacer un vino…., hace apenas 6 años.

… Y así empezó Demencia. Con la idea de hacer un proyecto sostenible, recuperando las viejas tradiciones vitivinícolas bierzanas, y respetuoso del medio ambiente… Como un hobby, más que como  una empresa… una pequeña locura.

Mencía centenaria, donde nace Demencia
Junto a sus amigos que cada tanto echan una mano, Nacho se pasa el día en sus viñas (apenas 3 hectáreas repartidas en 25 parcelas) y la bodega… Podando, catando, mirando, creyendo y disfrutando.

El nombre DEMENCIA que identifica su vino, viene de su amor por la uva Mencía, la reina del Bierzo. Y es que su vino esta hecho exclusivamente DE-MENCIA. Un juego de palabras que refleja a las claras este joven proyecto y atrevido para los tiempos que corren.

Lo conocimos casi de casualidad, por twitter. Nos llamó la atención el nombre y la página web, que es tan loca como la idea. Le escribimos y nos recibió feliz!

Nos encontramos en Ponferrada, y ahí nomás nos fuimos a conocer la bodega. Para Nacho, la bodega es el viñedoY es que su vino se hace ahí, en esas viñas longevas y espectaculares que con tanta pasión cuida. Luego, cuando llega la hora de vendimiar,  lleva la uva a un lugar que según sus palabras no se puede llamar bodega… donde este tinto único crece mientras descansa!

Viñedo de Villafranca del Bierzo
Llegamos al primero de ellos, al lado de Villafranca del Bierzo. Son los viñedos más altos de la zona, unos 600 metros. Allí, tal como se acostumbraba antes, hay plantado de todo un poco, con predominancia de Mencía. Su orientación es sur, ideal en este lugar, y el suelo es franco arenoso, con algo de piedra suelta en superficie… y un color tirando al rojo mineral, que luego se transfiere al vino.

Allí nos mostró cómo trabaja para recuperar las vides, una a una, con podas en invierno y podas en verde, quitando algo de racimo y de hoja para equilibrar la vid y que sufra lo menos posible. Nos mostró también cómo una mala poda puede terminar arruinando el viñedo y cómo los conejos, por la noche, se alimentan a sus anchas de las plantas verdes y las uvas. Y parece que les gusta especialmente la Mencía.

Su trabajo es prácticamente orgánico. No utilizan prácticamente ningún producto químico y tampoco aran la tierra y despejan de malezas. El trabajo y la interferencia es mínima para que la planta se exprese en su entorno natural.

Viñedo de Valtuille de abajo
Luego visitamos el otro viñedo, cerca de Valtuille de Abajo, donde las características de la tierra son similares con predominio de arena, la altura es un poco menor. Allí casi todo es Mencía centenaria.

De a poco, en la medida que se puede, va comprando pequeñas parcelas junto a las suyas para aumentar de a poco la producción. Pero en los lugares donde las vides no resistieron el abandono y hubo que reemplazarlas, su trabajo es elogiable. Se repuebla siguiendo las antiguas costumbres, de la misma forma y con clones obtenidos de esas mismas plantas.

Cómo elabora DEMENCIA?
Con mucho trabajo en la viña y poco más. Su vino podría definirse perfectamente como un vino de garaje. Donde todo se hace de manera artesanal. Y la producción, actualmente es de 6000 botellas (comenzó con 1900).

Se utilizan pequeños tanques de acero inoxidable (1.500 lts.) para fermentación, porque la cantidad de uva que trabajan es mínima. Y las barricas, francesas, de primer a cuarto uso.

Los vinos descansan en las barricas sobre lías finas seleccionadas, con “batonages” frecuentes, y durante los primeros tres meses se catan a diario.

Cuando la luna lo indica, el vino se trasiega. Y cuando el tiempo se impuso y el paladar lo certifica, el vino se embotella y descansa como mínimo un año antes de salir de casa.

Catamos DEMENCIA?
Directamente de tanque, la cosecha 2010 recién embotellada. Y  de barrica, la cosecha 2011 para comparar.

Como se ve DEMENCIA?
Impactante! Color rojo picota profundísimo, casi negro. De aspecto corpulento, voluminoso, lágrimas densas, bien glicéricas y caída lenta. Tinta la copa con sus pigmentos intensos.

A qué sabe DEMENCIA?
A gloria bendita! Intenso y explosivo. Frutos negros maduros, con una fina acidez que refresca el paladar y hace que sus nada despreciables 15 grados ni se sientan. La madera y los taninos aún tienen que acomodarse un poquito, lógicamente (hemos catado un vino que necesita un año para salir al mercado y uno que aún está comenzando a andar). Su final es larguísimo y exquisito.

Nacho y su firma en un 2008 que nos acompañó a casa

En este tinto se nota la potencia y a su vez la delicadeza que tiene la Mencía, conjugadas en un vino que es el Bierzo en su máxima expresión. Un vino ESPECTACULAR!


Gracias Nacho por permitirnos conocer DEMENCIA y por contagiarnos esa gran locura!



Salute, Rumbovino.

Demencia de Autor


A quién se le puede ocurrir comenzar un proyecto por el final? O por el medio? Realmente hay que estar un poco loco, no? Nacho León con su DEMENCIA hizo más o menos eso.


Este ingeniero agrónomo de Ponferrada comenzó su delirio comprando una pequeña viña muy antigua sin saber qué haría con ella… Había mucho trabajo por delante… las vides eran muy viejas, como de unos 100 años, y las plantas necesitaban un poco de tiempo y cariño para rejuvenecer y entregar su precioso fruto.

Pasaron los meses, llegó el momento de la vendimia, las uvas pintaban bien, y en lugar de venderlas decidió hacer un vino…., hace apenas 6 años.

… Y así empezó Demencia. Con la idea de hacer un proyecto sostenible, recuperando las viejas tradiciones vitivinícolas bierzanas, y respetuoso del medio ambiente… Como un hobby, más que como  una empresa… una pequeña locura.

Mencía centenaria, donde nace Demencia
Junto a sus amigos que cada tanto echan una mano, Nacho se pasa el día en sus viñas (apenas 3 hectáreas repartidas en 25 parcelas) y la bodega… Podando, catando, mirando, creyendo y disfrutando.

El nombre DEMENCIA que identifica su vino, viene de su amor por la uva Mencía, la reina del Bierzo. Y es que su vino esta hecho exclusivamente DE-MENCIA. Un juego de palabras que refleja a las claras este joven proyecto y atrevido para los tiempos que corren.

Lo conocimos casi de casualidad, por twitter. Nos llamó la atención el nombre y la página web, que es tan loca como la idea. Le escribimos y nos recibió feliz!

Nos encontramos en Ponferrada, y ahí nomás nos fuimos a conocer la bodega. Para Nacho, la bodega es el viñedoY es que su vino se hace ahí, en esas viñas longevas y espectaculares que con tanta pasión cuida. Luego, cuando llega la hora de vendimiar,  lleva la uva a un lugar que según sus palabras no se puede llamar bodega… donde este tinto único crece mientras descansa!

Viñedo de Villafranca del Bierzo
Llegamos al primero de ellos, al lado de Villafranca del Bierzo. Son los viñedos más altos de la zona, unos 600 metros. Allí, tal como se acostumbraba antes, hay plantado de todo un poco, con predominancia de Mencía. Su orientación es sur, ideal en este lugar, y el suelo es franco arenoso, con algo de piedra suelta en superficie… y un color tirando al rojo mineral, que luego se transfiere al vino.

Allí nos mostró cómo trabaja para recuperar las vides, una a una, con podas en invierno y podas en verde, quitando algo de racimo y de hoja para equilibrar la vid y que sufra lo menos posible. Nos mostró también cómo una mala poda puede terminar arruinando el viñedo y cómo los conejos, por la noche, se alimentan a sus anchas de las plantas verdes y las uvas. Y parece que les gusta especialmente la Mencía.

Su trabajo es prácticamente orgánico. No utilizan prácticamente ningún producto químico y tampoco aran la tierra y despejan de malezas. El trabajo y la interferencia es mínima para que la planta se exprese en su entorno natural.

Viñedo de Valtuille de abajo
Luego visitamos el otro viñedo, cerca de Valtuille de Abajo, donde las características de la tierra son similares con predominio de arena, la altura es un poco menor. Allí casi todo es Mencía centenaria.

De a poco, en la medida que se puede, va comprando pequeñas parcelas junto a las suyas para aumentar de a poco la producción. Pero en los lugares donde las vides no resistieron el abandono y hubo que reemplazarlas, su trabajo es elogiable. Se repuebla siguiendo las antiguas costumbres, de la misma forma y con clones obtenidos de esas mismas plantas.

Cómo elabora DEMENCIA?
Con mucho trabajo en la viña y poco más. Su vino podría definirse perfectamente como un vino de garaje. Donde todo se hace de manera artesanal. Y la producción, actualmente es de 6000 botellas (comenzó con 1900).

Se utilizan pequeños tanques de acero inoxidable (1.500 lts.) para fermentación, porque la cantidad de uva que trabajan es mínima. Y las barricas, francesas, de primer a cuarto uso.

Los vinos descansan en las barricas sobre lías finas seleccionadas, con “batonages” frecuentes, y durante los primeros tres meses se catan a diario.

Cuando la luna lo indica, el vino se trasiega. Y cuando el tiempo se impuso y el paladar lo certifica, el vino se embotella y descansa como mínimo un año antes de salir de casa.

Catamos DEMENCIA?
Directamente de tanque, la cosecha 2010 recién embotellada. Y  de barrica, la cosecha 2011 para comparar.

Como se ve DEMENCIA?
Impactante! Color rojo picota profundísimo, casi negro. De aspecto corpulento, voluminoso, lágrimas densas, bien glicéricas y caída lenta. Tinta la copa con sus pigmentos intensos.

A qué sabe DEMENCIA?
A gloria bendita! Intenso y explosivo. Frutos negros maduros, con una fina acidez que refresca el paladar y hace que sus nada despreciables 15 grados ni se sientan. La madera y los taninos aún tienen que acomodarse un poquito, lógicamente (hemos catado un vino que necesita un año para salir al mercado y uno que aún está comenzando a andar). Su final es larguísimo y exquisito.

Nacho y su firma en un 2008 que nos acompañó a casa

En este tinto se nota la potencia y a su vez la delicadeza que tiene la Mencía, conjugadas en un vino que es el Bierzo en su máxima expresión. Un vino ESPECTACULAR!


Gracias Nacho por permitirnos conocer DEMENCIA y por contagiarnos esa gran locura!



Salute, Rumbovino.

06 agosto, 2012

TEBAIDA 2007. La huella del Bierzo


Que nos apasionan los vinos del Bierzo no es novedad. Allí, en suelos pizarrosos y viñedos centenarios, la Mencía absorbe el infinito sol de la tierra leonesa para madurar en forma excepcional, originando unos caldos igualmente inolvidables. Hace tiempo que desde rumbovino apostamos por los vinos del Bierzo como la gran revelación en España.

El Tebaida es una de las etiquetas de alta gama que elabora nuestro amigo Isidro, junto a su familia, en la bodega Casar de Burbia. Hace casi dos años que lo conocimos y aún recordamos aquella visita inolvidable…catando no recordamos cuánta cantidad de barricas diferentes con Mencía en estiba. Haciendo camino al andar….

De aquella visita nos trajimos varios vinos, y entre ellos dos Tebaida cosecha 2007. Una de las botellas viajó a Argentina, donde aún espera a los blogueros del vino para ser abierta, y la otra descansó hasta el sábado por la noche en nuestra cava de Lugo.

Para elegirlo, no miramos los puntos Parker que tiene este vino porque no venían al caso. Sabíamos que no podía fallar, era ir sobre seguro, como muchas veces solemos hacer, sin experimentar con nada raro.

 Así que sabiendo que nos íbamos a encontrar con un buen vino, lo destapamos y dejamos respirar un buen rato en un copón mientras preparábamos la cena… Ahora ni recuerdo qué cenamos, jejejej!

Nos encontramos con un vino TREMENDO! Por donde se lo mire… este calificativo es de hincha de fútbol, pero ustedes saben que nosotros solo somos aficionados a esta noble bebida, así que estos deslices se nos tienen permitidos… el vino era TREMENDO.

Uva: 100% Mencía.
Crianza: 16 meses en barricas francesas.
Alcohol: 13,5% Vol.

En la copa mostró un color púrpura intenso, de capa media. Acá no había concentración, ni extracción exagerada de polifenoles… todo estaba en su lugar. La piernas, bien glicéricas, se agarraban fuerte a la copa como no queriendo bajar nunca…

Sus aromas se iban modificando constantemente en la medida que el vino respiraba. Al principio nos sorprendió con aromas intensos a banana, fresa, frutas tropicales y algo de miel (parecían aromas de un blanco, sorprendente!). Luego aparecieron notas de mermeladas de ciruela, frutos secos (higos, nueces, almendras) y chocolate amargo.

En boca fue franco, limpio, de taninos algo secantes en los primeros sorbos pero enseguida se redondearon (Aún tiene mucha vida por delante).  Mostró una acidez filosa, exquisita, junto a notas de fruta fresca. Al rato, las últimas dos copas, cuando la botella se esfumaba, su sabor viró hacia la ciruela más madura… Final de boca interminable con notas de chocolate y frutos negros

Qué decir? Un vino para no dejar de beber y recordarlo siempre…

Aplausos, muchos aplausos… utilizando otro término poco técnico. VINAZO!

Salute, Rumbovino.

TEBAIDA 2007. La huella del Bierzo


Que nos apasionan los vinos del Bierzo no es novedad. Allí, en suelos pizarrosos y viñedos centenarios, la Mencía absorbe el infinito sol de la tierra leonesa para madurar en forma excepcional, originando unos caldos igualmente inolvidables. Hace tiempo que desde rumbovino apostamos por los vinos del Bierzo como la gran revelación en España.

El Tebaida es una de las etiquetas de alta gama que elabora nuestro amigo Isidro, junto a su familia, en la bodega Casar de Burbia. Hace casi dos años que lo conocimos y aún recordamos aquella visita inolvidable…catando no recordamos cuánta cantidad de barricas diferentes con Mencía en estiba. Haciendo camino al andar….

De aquella visita nos trajimos varios vinos, y entre ellos dos Tebaida cosecha 2007. Una de las botellas viajó a Argentina, donde aún espera a los blogueros del vino para ser abierta, y la otra descansó hasta el sábado por la noche en nuestra cava de Lugo.

Para elegirlo, no miramos los puntos Parker que tiene este vino porque no venían al caso. Sabíamos que no podía fallar, era ir sobre seguro, como muchas veces solemos hacer, sin experimentar con nada raro.

 Así que sabiendo que nos íbamos a encontrar con un buen vino, lo destapamos y dejamos respirar un buen rato en un copón mientras preparábamos la cena… Ahora ni recuerdo qué cenamos, jejejej!

Nos encontramos con un vino TREMENDO! Por donde se lo mire… este calificativo es de hincha de fútbol, pero ustedes saben que nosotros solo somos aficionados a esta noble bebida, así que estos deslices se nos tienen permitidos… el vino era TREMENDO.

Uva: 100% Mencía.
Crianza: 16 meses en barricas francesas.
Alcohol: 13,5% Vol.

En la copa mostró un color púrpura intenso, de capa media. Acá no había concentración, ni extracción exagerada de polifenoles… todo estaba en su lugar. La piernas, bien glicéricas, se agarraban fuerte a la copa como no queriendo bajar nunca…

Sus aromas se iban modificando constantemente en la medida que el vino respiraba. Al principio nos sorprendió con aromas intensos a banana, fresa, frutas tropicales y algo de miel (parecían aromas de un blanco, sorprendente!). Luego aparecieron notas de mermeladas de ciruela, frutos secos (higos, nueces, almendras) y chocolate amargo.

En boca fue franco, limpio, de taninos algo secantes en los primeros sorbos pero enseguida se redondearon (Aún tiene mucha vida por delante).  Mostró una acidez filosa, exquisita, junto a notas de fruta fresca. Al rato, las últimas dos copas, cuando la botella se esfumaba, su sabor viró hacia la ciruela más madura… Final de boca interminable con notas de chocolate y frutos negros

Qué decir? Un vino para no dejar de beber y recordarlo siempre…

Aplausos, muchos aplausos… utilizando otro término poco técnico. VINAZO!

Salute, Rumbovino.

06 noviembre, 2011

Cepas Viejas 2007

Viernes 18,00 hs. en Argentina. 22, 00 hs. en España. Yo cortaba mi jornada de laburo en la Facultad y Noemí, más trabajadora que yo, hacía lo propio luego de un agotador día de trabajo. Vía Skype hablábamos de lo bien que le vendría una copa de vino para cerrar la noche y cargar pilas…

Me preguntó ¿qué me sugieres? y enseguida le tiré un nombre (dos cosas: 1- me conozco casi de memoria lo que tenemos guardado en nuestra cavita, salvo sorpresas. 2- necesitaba un vino que conociésemos y no fallase, que siempre los hay). ¿A quién le vamos a contar cuánto se disfruta una copa de vino en la noche, con ganas y relajado…?

Nos despedimos, porque cerré el ordenador para ir a casa. Al llegar, me lleva unos 20 minutos, y abrir nuevamente el skype, me encontré con el siguiente texto que escribió Noemí en un mensaje… Creo que es mucho más que una cata rápida en directo, es una muestra de cómo una copa de vino, en el momento indicado, te puede alegrar la vida!

Si es que estos chicos no defraudan... Si señor!!! Brindo por ellos!
Y es que con el diíta que llevo de trabajo, buuuf…, esto es una alegría para todos los sentidos, vaya!

Qué color y que todo!

Ya solo con verlo, así, rubí bien brillante y con ese cuerpo, da gusto…! y esto ya me animó según lo serví en la copa.

En nariz, adorable. Aquí es dónde la Mencía demuestra lo sedoso y elegante que puede llegar a ser. Y es que esta uva, no nos cansaremos de decirlo, está demostrando el juego que puede dar, año tras año en sus dos paisajes favoritos, el de la Ribeira Sacra y el de El Bierzo, como en este caso.

El Bierzo le aporta ese sol que la hace, sin dudas, más alegre. Muestra mil matices interesantes  y sabrosos. En nariz, la fruta y el sol se dejan oler. Fruta madura, roja, con el guiño de acidez que la hace más vivaz. Qué placer!

Y en boca…
Pues más de lo mismo, de todo lo bueno que anticipa en aromas. Entra sedoso y se abre camino por el paladar con un guiño más ácido y poco astringente pero bien rico, y sin que se le noten los 14 grados, que no son pocos, aún sin haberse oxigenado mucho.

Que es un gusto, vaya!

Y aunque ya hemos comentado de esta bodega y sus vinos, pues quería hacer esta nota agradecida, sobre todo porque en el contexto del querer cortar de un día agotador, es que este vino me ha alegrado el corazón!

CEPAS VIEJAS 2007 (acá la ficha)
Uvas: 100% Mencía

RUMBOVINO

17 enero, 2011

Un gran Bierzo

Uva: 100% Mencía
Gr. alcohólica: 14º
Crianza: 9 meses en roble Americano y Francés
Precio: 10 € (en bodega)

Hay algunos vinos que cuando uno los sirve los aromas a frutas rojas son incontenibles en la copa, y se expresan de tal manera que “invaden” el entorno. Bueno, este es uno de esos vinos. Ya comentamos lo mismo cuando lo catamos en la bodega, sus aromas se expresan con tal fuerza y frescura que no se puede quitar la nariz de la copa.

Vino de capa media-alta, muy franco, redondo, voluptuoso y nada empalagoso, aunque un poquito más de acidez haría imposible dejar de beberlo. En boca ofrece pura fruta roja madura, con taninos bien pulidos pero que se hacen sentir. Sin grandes sutilezas es de esos vinos que no fallan, riquísimo.

Salute,
RUMBOVINO

09 enero, 2011

Gran RPC para Casar de Burbia


CASAR DE BURBIA 2006 (DO. BIERZO)
Uva: 100% Mencía
Alcohol: 13,5%
Crianza: 6 a 8 meses en roble americano de Misouri
Precio: 5 € (en bodega)

Comenzar diciendo que este vino obtuvo 90 puntos Parker podría disparar varias cosas, pero la mayoría de las opciones llevarían a que nadie siga leyendo esta entrada. Doy ejemplos: podría suceder que un simple mortal que no sabe quién es Robert Parker y qué significan esos puntos, no entienda nada, deje de leer la nota y pase a otro tema más interesante. O puede ser que otro, sencillamente entienda que este puntaje lo obtienen solo los mejores vinos y por lo tanto este es “uno” de ellos y lo que yo escriba tampoco le importe demasiado porque ya está todo dicho. En cualquier caso siempre habrá alguien que esté dispuesto a terminar de leer.

Esta etiqueta es la gama más baja de vinos que produce la Bodega Casar de Burbia, y aunque no sería la primera vez que ocurre que el hermano más chico supera a los mayores, este no es el caso porque las demás etiquetas aún mejoran en puntuación al pequeño. Vinos para tener presentes.
Conociendo al enólogo de la casa es fácil entender por qué este vino es lo que es… sencillamente buenísimo. Elegante, equilibrado, de aromas y sabores que remiten a exquisita fruta roja y esa mineralidad única que le aporta el suelo de bierzo a sus vinos. La madera, poca, la justa, acompaña y hace este vino redondísimo por donde se lo mire.

RPC, me atrevo a decir excelente.

Gracias por leernos amigos,
Salute, RUMBOVINO.

24 diciembre, 2010

Haciendo camino al andar


Esta entrada ha sido la más difícil de escribir y de hecho está escrita de manera muy diferente a las otras, por la sencilla razón de que la visita a esta bodega ha sido distinta a todas.

Es la segunda bodega que visitamos en la zona del Bierzo, al noroeste de León, España y lo cierto es que conocer “Casar de Burbia” fue más que especial, ya que se trata de una empresa familiar (elaboran unas 100.000 botellas), artesanal diríamos, en la que el “capitán de este fantástico barco”, Isidro, dirige todo el proceso de elaboración. Desde el manejo del viñedo hasta el embotellado y comercialización. Es, sin duda, un artesano, en el hacer y un gran artista por lo creativo…

Previo contacto vía correo electrónico con Sonia, que muy amable nos invitó, concretamos la visita. Isidro nos esperó en la bodega, esa fría mañana de sábado de diciembre. Y tras las tímidas presentaciones nos fue llevando poco a poco hasta el corazón y alma de su bodega, y aunque esto pueda sonar cursi, no importa, porque realmente nos desnudó el alma de sus vinos…

…nos contó cómo su padre había adquirido los 42 pagos de viñedos centenarios de Mencía, en la montaña de Valtuille de Arriba, soñando hacer algún día su propio vino, y de cómo él había tomado el relevo comenzando con unas poquitas barricas y otros pocos toneles, trabajando en la viña y en la bodega, con una idea firme desde el principio y hasta el futuro, hacer un gran vino. Un gran vino, y mejorarlo si ello fuese posible, con paciencia, inspirándose en el estilo de los mejores y a la manera de los vinos franceses…

Y después de un poco de historia nos invitó a compartir una cata, pero no una cata cualquiera, una cata de "valientes" ¡Claro que sí! Directamente de los toneles y por primera vez, para nosotros, de las barricas…

Imposible describir lo afortunados, agradecidos y felices que nos sentimos… no escatimó ni en tiempo ni en secretos, y nos contó de todas y cada una de sus barricas, de todos y cada uno de sus productos, de todas sus ideas… Y probamos con él todo esto copa en mano y con una sonrisa de oreja a oreja. El suelo rojizo, pizarroso y mineral del terroir donde crecen sus uvas se expresan mágicamente en el sabor, olor y cuerpo de sus vinos.

El mimo que Isidro pone a su trabajo es increíble…, nos emocionó el cariño que hay en cada vino y nos quitamos el sombrero por su filosofía y forma de hacer las cosas, en la que conviven arte y pragmatismo ya que con las cuentas en orden, uno puede trabajar y crear más tranquilo ¿Verdad?

Y fascinados nos fuimos, con un regusto delicioso en la boca y en el corazón. Inmensamente agradecidos por tan buen momento, por su generosidad y con la alegría de saber que por ahí aún hay "Isidros" que hacen así las cosas, con tanto fervor y sentimiento…, y pasito a paso, haciendo camino.

13 diciembre, 2010

Por los dominios de Tares… El Bierzo



Pensé en titular esta entrada como “La primera vez” y sin que se preste a confusiones bien podría haber valido, ya que es primera vez que escribimos en Rumbovino desde España y también es la primera vez que visitamos “El Bierzo”, así se llama la región de León al noroeste de España cuyos vinos acogen la no tan conocida DO BIERZO, donde reina la cautivante uva tinta Mencía, acompañada por la Godello (variedad blanca, para quienes no tienen el placer de conocerla).

Para comenzar el recorrido por tierras leonesas elegimos la Bodega Dominio de Tares, un emprendimiento nuevo (nacido allá por el 2000), moderno, de poca y selecta producción, llevado adelante por gente joven que ha decidido hacer vinos de gran calidad y con variedades autóctonas, saliendo de los gastados pero efectivos cepajes de siempre.

El grupo Domino de Tares actualmente cuenta con tres bodegas donde elaboran vinos únicamente con uvas autóctonas de cada región: en León (Dominio DosTares) utilizan la variedad Prieto Picudo. En la zona de las Rias Baixas, Galicia (Pazos de Lusco) obviamente utilizan la internacionalmente conocida Alvariño y la que nos convoca, en el Bierzo, donde elaboran maravillosos caldos con Mencía y Godello.

Poseen pequeñas parcelas de viñedos muy antiguos -de más de 40 años para la uva Mencía- situados a una altitud media de unos 600 msnm en escarpadas laderas, sobre terrenos de pizarras y gravas, cuya producción media los 4.000 Kg. por hectárea. Una curiosidad es que la DO Bierzo impide el riego de los viñedos, por lo cual la influencia climática y las labores culturales realizadas por los técnicos confluyen finalmente en la calidad de la uva que se produce en esta zona.

La bodega está localizada en el polígono industrial del Bierzo Alto, en San Román de Bembibre. Si bien no estamos acostumbrados a visitar bodegas en parques industriales, más allá de su obligada localización estratégica por motivos de logística, han conseguido impregnar el interior de encanto y del verdadero espíritu de una bodega que mima y cuida lo que hace. El arte está bien presente a través de pinturas, formas e intervenciones en el espacio de entrada, y anticipan de este modo el tipo de producto que elaboran, describen tradición y modernidad, dándole además un guiño de “sofisticación” a sus vinos. Es un lugar muy acogedor, un espacio cálido y confortable que invita a disfrutar.

Estuvimos dos horas recorriendo las instalaciones y charlando sobre vinos junto a Laura y Mario quienes nos acompañaron. Fue un verdadero gusto, no solo por toda la información que nos brindaron sino por la pasión con la que viven lo que hacen… Esto lo destacamos porque no es común que ocurra, hay quienes lo ven como un negocio únicamente y aunque no esté mal no es lo que nos gusta encontrar cuando visitamos una bodega. Nos despachamos con ganas, hablamos de todo…de uvas, de terroirs, del viejo mundo y el nuevo mundo, de alturas, de comercialización y formas de ver y entender el vino… compartimos y aplaudimos este tipo de emprendimientos cuya filosofía es hacer un vino cuidado, mimado y con pasión.

Los demás detalles técnicos dejamos que los consulten en la web Dominio de Tares (es muy completa y fácil de leer, quizá no muy llamativa, pero sí efectiva que es lo que importa en estos casos).

Al finalizar el recorrido nos dirigimos a la Sala de Degustación donde relajadamente probamos tres etiquetas, un vino representante de cada bodega. Una gran propuesta que aceptamos gustosos.

LUSCO 2009: 100% Alvariño. Copio y pego este texto de la web porque lo define perfectamente "Vino intenso y equilibrado con una vibrante frescura, elaborado con el máximo respeto al terroir del Condado do Tea acompañado de una crianza de seis meses sobre lías que potencia el esplendor del albariño premiado por la crítica internacional como uno de los mejores Rias Baixas" Tiene mucha vida por delante aún, es una exquisitez.

CEPAS VIEJAS 2007: 100% Mencía con 9 meses de crianza en barricas. Este es el vino más vendido de la bodega Dominio de Tares y al probarlo entendimos perfectamente porqué. Un placer para los sentidos, de aromas exuberantes y una boca redonda y golosa que invita a no dejar de beberlo. Con eso digo todo. Ni lo dude!

CUMAL 2006: 100% Prieto Picudo con 15 meses de crianza en barricas. También es la “primera vez” que probamos este varietal y nos sorprendió. Increíble su potencia en aromas, aunque tiene ya casi 5 años todavía se expresa fresco y con una fuerza super llamativa. Un vino que aún está en pleno descanso y seguramente ese rico aroma, su astringencia y su intenso sabor se equilibrarán más dejándole un año o dos en botella. Muy pero que muy prometedor y muy pero que muy interesante y expresivo. Todo un descubrimiento para nosotros este cepaje.

Quedan muchas cosas en el tintero, intentamos ser concretos aunque cuando se pretende sintetizar sentimientos la cosa se complica. Pronto esta bodega se incorporará a la ruta del vino de la zona del Bierzo aunque ya puede visitarse… Si aún no fue a conocerla no se la pierda y si aún no probó sus vinos, a qué espera?

Gracias Mario y Laura por la atención.


Noemí L.; Andrés M.