Un blog de vinos por aficionados, para aficionados. Mas que un blog, nuestro cuaderno de notas.



Mostrando entradas con la etiqueta Cabernet Franc. Mostrar todas las entradas
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04 junio, 2018

Estamos sobre la arena. Natural del Loira

Si cualquiera de ustedes hace unos años atrás me hubiese dicho no solo que iba a beber un tinto de 11 grados de alcohol y me iba a encantar, sino además que iba a pagar por él le hubiese dicho que estaba totalmente loco y que no tenía ni idea de mis gustos ni de vino. La primera parte podría haber sido verdad porque mis gustos han cambiado claramente, pero la segunda no habría estado más lejos de la realidad. 

Así de fantástico es este mundo del vino y por eso me apasiona. Porque no deja de sorprenderme y porque no dejo de sorprenderme a mí mismo. Vi-na-zo natural del Loira! Puro Cabernet Franc con 4 años a cuestas y solo 11 graditos. Puro terroir, no apto para los buscadores de maderas, barnices y expresiones exuberantes. El que avisa no es traidor!

No soy un experimentado en esto de los vinos naturales ni mucho menos, pero que los franceses van a la vanguardia no es noticia, y que de ellos los vignerons de la zona del Loira tienen mucho peso específico lo debe saber casi todo el mundo. ON EST SU L'SABLE  2014 ("Estamos sobre la arena", según la traducción de mi compañero Lamas) es un tinto que elabora Laurent Lebled en su bodega A LA VOTRE (Valle de Loira, Touraine, Savigny en veron) con 100% Cabernet Franc procedente de viñedos de entre 50 y 70 años sobre suelo de arena y limo, cultivados de forma orgánica, sin utilización de productos químicos y sintéticos de ninguna naturaleza. 






El proceso de elaboración es simple, tras la vendimia se realiza una primera maceración carbónica durante 17 a 21 días en depósitos de hormigón, luego la fermentación alcohólica con levaduras autóctonas, final de fermentación alcohólica y maloláctica en depósitos de fibra. Por último se somete a una crianza de 6-8 meses en depósitos de fibra. 




Color rubí teja de capa media baja. Lágrimas densas y finas dan muestra de su carga glicérica y lo suyo no es justamente la limpidez ya que su aspecto ligeramente turbio indica que no se filtra en absoluto (hay quienes no aceptarían este ¿defecto?). La nariz es exquisita y compleja, pero necesita aire para abrirse. Las notas minerales siempre presentes se acompañan de las piracínicas (su origen se expresa claramente), florales (rosas), hierbas frescas y cítricas de naranja amarga. En boca es franco con lo que anticipa su fase olfativa, directo, vertical, con mucha frescura y una acidez perfectamente equilibrada entre sabores herbáceos y de fruta roja jugosa y expresiva. Tinto mineral de principio a fin que invita a beberse la botella de una sentada sin siquiera darse cuenta.

Como dije al principio del post, los buscadores de vinos con madera y fruta madura por bandera, abstenerse porque no es un tinto para ustedes… Pero si quieren pureza, terruño y un poquito de riesgo, ni lo duden e inviertan unos 13,5 € porque estoy seguro que no los dejará indiferentes.

Buena vida y naturales vinos.

Salutes, Rumbovino.

Casi 8 años difundiendo la cultura del vino y en favor del consumo moderado y responsable

21 agosto, 2017

El Valle del Loira. #MiPrimeraVez con el vino. Diez años después

El Valle del Loira es sin dudas uno de los más hermosos de toda Francia. Salpicado de majestuosos palacios renacentistas y castillos medievales a lo largo de toda la ribera del río, este lugar es una auténtica maravilla para conocer y disfrutar. Uno podría pasearse un mes entero de un lado a otro recorriendo cada rincón sin cansarse, siempre acompañado de la florida campiña francesa y de los encantadores pueblos que atraviesa cualquiera de los caminos que escoja para uno para moverse. Andar estos lugares les aseguro que es un placer.

Pero el Valle del río Loira además de paisaje y palacios es vino en estado puro. Y de esto quiero escribir hoy.

Es una región que actualmente ostenta mucho menos nombre y glamour que Burdeos o Borgoña, pero que produce vinos de calidad desde la Alta Edad Media y en su momento fueron de los más famosos de todo Francia e incluso de Inglaterra. Esta zona está localizada más al norte de Burdeos, se extiende a los márgenes del río Loira desde el Atlántico junto a la ciudad de Nantes, hacia Orleans, y desde aquí hacia el sudeste, hasta los límites de Borgoña, al norte con Chablis y al sur con Beaujolais y el principio del Ródano norte. Debido a su extensión el clima es bastante cambiante, aunque en general es menos calurosa, algo más húmeda y con suelos diversos que van desde calcáreos (nunca vi tanto suelo calizo junto) hasta arcilla, arena, grava, sílex o esquistos. Por clima y terruño se caracteriza por producir vinos frescos y elegantes, aunque el cambio climático también ha mutado esta región y el perfil de a poco va cambiando. 


En elaboración de vinos blancos, su principal producción, sorprende con la uva Chenin Blanc (bastante escasa en casi todo el mundo) y la Sauvignon blanc. No obstante en tintos hay una cepa que es la reina indiscutible, la Cabernet Franc. Está presente en casi el 100% de los vinos que se elaboran en esta región. Fundamentalmente se produce en los alrededores de Chinon y Saumur.


¿Tiene que ver esto que les cuento con la propuesta de AWB? Sí y mucho. Haciendo repaso de mi vida ligada al mundo del vino no tuve ninguna duda a la hora de seleccionar sobre qué iba a escribir porque fue ahí, en el Valle de Loira, donde me uní a esta bebida definitivamente. Este lugar plantó la semilla de lo que luego fue Rumbovino. Sin dudas fue #MiPrimeraVez con el vino.

Hace exactamente diez años cuando visitamos el Valle del Loira por primera y única vez hasta hoy. Recuerdo que con un magrísimo presupuesto nos pasamos 9 días recorriendo castillos y el único “lujo” que nos dábamos era el descorchar un vino diferente cada noche para acompañar quesos, salames y sardinas que era la cena estándar de todos los días. Fue un viaje definitivo…..Desde que nos fuimos en mayo del 2007 quise volver. Nos quedaron muchas cosas pendientes, como en cada viaje que hacemos. Dicen que en los lugares que te gustan mucho nunca debes visitarlos completos, ya que hay que dejarse una excusa para poder volver. Y así fue. Volvimos tras 10 años. Ya no somos los mismos, pero fue como aquella primera vez. Fueron tan solo dos días de regreso de la Bretaña, pero igualmente intensos y emocionantes. 




Hicimos campamento base en Angers, hermosa ciudad llena de vida, con fantástico Château que no se deben perder. Con un calor criminal (muy raro en esta región donde brilla el sol pero el calor nunca sofoca) anduvimos los dos días sin parar. Con el objetivo de no prolongar la agonía de los lectores solo voy a contarles las visitas a las bodegas excavadas en la montaña. Uno de los atractivos ligados al vino más interesantes que les recomiendo en esta región y que nos quedó pendiente aquella vez.

El segundo día aprovechando la frescura de la mañana, salimos tempranito del hotel y tomamos la carretera D-952 bordeando el río Loira hasta Saumur (un trayecto magnífico para hacer con calma disfrutando cada kilómetro). Dimos un paseo por este pintoresco pueblo con un hermoso Castillo y desde allí seguimos camino a Chinon. Si bien todos los pueblos del Valle del Loira viven de la cultura del vino, es en este camino en concreto (desde Saumur a Chinon) donde quizá se encuentra la mayor cantidad de bodegas excavadas en la roca caliza. Solo es cuestión de elegir dónde uno quiere parar. Todas están abiertas al público. Ninguna cobra la visita y la cata siempre es gratuita. Si el vino te gusta puedes comprar y si no, simplemente puedes visitar las cuevas y seguir tu ruta sin problemas. Es así, los viticultores viven de vender su vino, no de las palabras de un guía o de las obras faraónicas diseñadas por un arquitecto de renombre.

Visitamos dos bodegas troglodíticas (se publicitan así). Muy distintas una de otra. La primera Domaine Filliareau 
localizada en la zona tintorera por excelencia de Saumur-Champgny era un auténtico palacio excavado en la roca caliza. Actualmente ya no elaboran su vino allí. Solo quedan recuerdos de lo que fue, pero hay que verlo porque vale la pena. La sala de ventas estaba al lado. Allí catamos varios vinos, uno mejor que otro (¿el lugar ayuda a vender? Puede ser. Pero los vinos estaban soberbios. Frutas, hierbas, frescura y mineralidad para regalar).

La segunda que visitamos estaba ubicada a solo 1 km de Chinon, Cave Monplaisir, nos dejó boquiabiertos. Hace más de 100 años que se elabora el vino en ese lugar. Antiguamente fue una cantera de donde sacaban la piedra caliza para la construcción de casas y palacios. Fuera hacía 35 grados. Dentro, solo 12. Al igual que antes, la visita fue gratuita. Nos indicaron por donde debíamos entrar y de allí a la aventura. Nos metimos en las entrañas de la montaña… en las cuevas que se extendían de un lado a otro como un laberinto lo primero que nos encontramos fueron vinos antiguos en estiba, botellas repletas de mohos que apenas dejaban ver el vidrio y que algunos de ellos llevaban descansando unos 40 años. Más adentro (o afuera, no lo sé, uno se pierde ahí dentro) llegamos a la sala de barricas. Inmensa, barricas viejas llenas de moho y otras más nuevas con menos moho y que aún dejaban ver el año de la cosecha que llevaban dentro (2014, 2015, 2016). Todos tintos. Todos Cabernet Franc, algunos nacidos de los viñedos que teníamos sobre nuestras cabezas en la zona alta de la colina y otros procedentes de viñas más bajas, pegadas al río sobre suelos de grava y arcilla. 



Al salir nos esperaba el dueño para hacer la cata. Un auténtico vigneron. No recuerdo el nombre la verdad, pero hablaba bastante bien el español así que además nos contó de cada uno de los vinos que degustamos (creo que fueron 6 o 7, todos con la impronta inconfundible y exquisita del Cabernte Franc del Valle del Loira). Habló de las fincas, del terruño, de la elaboración, la estiba…todo lo que se me ocurrió preguntar y pudo contestar. Un lujo, vamos.

Llegó la hora de irnos, aún nos quedaba el Chateau de Brézé 
por visitar(no se pierdan sus subterráneos) y luego desandar el camino a Angers. 

Esta vez, al igual que hacía 10 años, nos fuimos para volver. No sabemos cuándo, pero seguramente les contaré dentro de algún tiempo nuevamente #MiPrimeraVez en el Valle del Loira. 

Buena vida y buenos vinos,

Salutes. Rumbovino.

7 años difundiendo la cultura del vino

10 junio, 2016

2 Km, GSM y una nueva Argentina que se está viniendo

Escribí esta nota en plena operación regreso a España: Me estoy despidiendo de Argentina. Con los preparativos del regreso y demás historias, el tiempo se hace corto para atender el blog como me gustaría. No obstante no quiero dejar de comentar las últimas etiquetas que estuve probando. Además aprovecho a hacer algunos comentarios generales de este viaje como una forma de reconciliarme con los vinos argentos luego de la experiencia del año anterior, donde me quedé un poco decepcionado con la elevada dulzura de lo que había probado.

Este año me voy con una sensación diferente, parece que la cosa está cambiando, hay muchas más opciones de “vinos diferentes” a la hora de seleccionar y sabiendo buscar en una vinoteca o con un buen asesor se pueden encontrar productos muy interesantes, que muestran un perfil de vinos argentinos más auténticos, menos intervencionistas y con más terruño que bodega.

Otra cosa que pude constatar y me gustó mucho es el aumento sustancial de la presencia de Cabernet Franc ya sea formando parte de cortes, o como en varietal puro. Todo lo que probé de este cepaje me hace pensar que de seguir así, en no mucho tiempo va a empezar a hacer un poco de sombra a algunos históricos. Aporta frescura y tensión, dos cosas que por lo general cuesta encontrar en nuestros caldos. 


También veo que algunas bodegas se animan a vinificar y poner en grande el nombre de cepas no tradicionales en otros tiempos poco valoradas, como por ejemplo el caso de Ver Sacrum donde la Garnacha y la Monastrell toman el protagonismo directamente en solitario. Eso me gusta porque habla de animarse a tomar algunos riesgos y a romper ciertas reglas no escritas, donde parecía ser que el que no hacía malbec no podría tener éxito. Espero que sigan multiplicándose.

Por el lado B del asunto creo, como hablaba el otro día con Francisco (Logia Petit Verdot) en una cata en Buenos Aires, que todo ese cambio, ese giro en el rumbo del vino argentino, necesita de un público preparado para aceptarlo. Ese es otro trabajo que queda por delante a comunicadores y educadores del vino, porque hasta el momento el consumidor general sigue prefiriendo las versiones edulcoradas y maderizadas de años atrás. No obstante, no hay que apresurarse ni asustarse, de a poco, todo llega. Y en el momento en que Argentina siga mostrando más terruño y menos recetas, como parece que está queriendo a ser ahora, creo que vamos a ser tomados mucho más en serio aún como país referente en el mapa vitivinícola mundial.

LOS VINOS

Según pude saber, 2 km de largo tiene la finca donde se eligen las manchas de suelo calcáreo que dan origen a las uvas de este tinto del paraje de Altamira. De Finca Beth salen muchas de las uvas que van a parar a vinos de las grandes marcas, pero decidieron que no siempre la cosa iba a ser así y nació el proyecto del vino propio. Para eso contactaron con Juampi Michelini para comandar la vinificación de este corte Malbec-Franc, que es uno de los mejores que probé este viaje, sino el mejor. Datos tomados de la nota de Nicolás Orsini (gracias Nico). 



Rojo intenso, con reflejos violetas, brillante, limpio, glicérico. Nariz de talco, cenizas, tiza, pimienta negra y un leve balsámico de fondo. Boca con nervio, fresco, muy mineral, taninos casi redondos, festival de notas balsámicas (mentol sobre todo, para mi) en el final, largo y exquisito. Ni dulzores, ni maderas tapando la voz de la uva, solo el fiel reflejo de una tierra que se expresa en vino. 

Su precio creo que ronda los $360 (20 € aprox.) y para mí vale cada peso.



De un proyecto de Eduardo Soler, con uvas provenientes de fincas ubicadas en Barrancas – Maipú y algo en Bajo Lunlunta (Mendoza), pude probar su vino de corte poco tradicional, compuesto por 50% Garnacha, y el otro 50% dividido en partes iguales de Syrah y Monastrell.

Se fermentan por separado (el syrah en barricas de roble de 500 lts. y Garnacha y Monastrell cofermentadas en huevos de cemento) y luego tienen un paso de 8 meses por huevos y barricas de 4to uso. Partida limitada a 3.200 botellas. Gracias a Diego de Argentina y sus vinos porque de su nota robé sin permiso los datos que cito en esta entrada. 



Color rojo rubí de capa media baja, luminoso, brillante y de largas piernas. Nariz con ataque de frutas, rojas, pequeñas, frescas. Al comienzo acompaña algún láctico con notas de leche, luego solo queda fruta y flores. Boca fresca, vertical, de taninos pulidos, ligero paso por el paladar pero con mucho sabor. En el final, solo en el final del trago aparece una nota más “tradicional” madura a especias y fruta roja (podría ser el Syrah, entiendo). 

Sin lugar a dudas una apuesta fuerte y sumamente interesante para que ningún vinófilo deje pasar. Su precio es de $300 (19 € aprox.) y aunque acá se arriesga más porque puede que no a todo el mundo le guste, en lo personal me encantó. Y me quedé con ganas de probar los varietales puros.

Brotes nuevos a la vista. La Argentina que se está viniendo… A no perderla de vista.

Buena vida y buenos vinos,

Salute, Rumbovino.

Difundiendo la cultura del vino y en favor del consumo moderado y responsable.

30 mayo, 2016

REFRAN, Cabernet Franc 2013

Otro de los vinos que me recomendó Musu durante esta estancia en Argentina fue este Cabernet Franc del proyecto personal de Cristian Morelli (enólogo mano derecha de Juampi Michelini en Zorzal). Por lo que leí, hace muy poquito que se lanzó en solitario con algunos vinos propios, pero lo cierto es que si el potencial de este chico lo marca este vino, tiene un futuro muy promisorio.

De uvas del paraje de Altamira, en el Valle de Uco (Mendoza, Argentina) proviene la fruta de este tinto de autor. Crianza de 14 meses en barricas de tercer y cuarto uso (como debe ser) y una producción limitada a 1200 botellas. 




El resultado es un Cabernet Franc sumamente elegante en todas sus facetas. Desde la vista se muestra con un rojo rubí con tonos azules tenues de capa media y buena lágrima. En nariz es tímido, sutil, perfumado. En un principio manda la fruta negra fresca, pero luego toman protagonismo los balsámicos (eucaliptus, mentas, hierbabuena) bien acompañados por suaves notas de maderas usadas. En boca sigue igual. Redondísimo, elegante paso por boca, muy fresco, sobre todo notas mentoladas con fondo de frutas negras y puntas minerales. Ligero, sabroso y de interesante complejidad… Lo mejor para valorarlo es que la botella voló sin darme cuenta. 

Redondeando… es un tinto que todos los amantes del vino deberían probar. Los amantes del vino de viña, no de bodega. Aclaro por las dudas.

Su precio es de unos $235 (14,5 €) y los pagaría una y mil veces más. Yo le hubiese puesto de nombre REFRANC porque es más que un Franc… 

Buena vida y buenos vinos,

Salutes, Rumbovino

Difundiendo la cultura del vino y en favor del consumo responsable y moderado.

21 febrero, 2016

Seguimos por la altura. ALTOLANDON

Justamente hace una semana escribí sobre los vinos de altura. Hablé sobre un Tempranillo que crecía sobre los 900 msnm y sobre la impronta de los metros sobre su expresión. También comparé la altura con la de Argentina, emblema de vinos del cielo en el mundo si a ese tema nos referimos. No obstante, las diferencias entre los del nuevo mundo y viejo mundo me parecieron muy grandes. O eso me parecía.

Continué indagando sobre alturas fui a dar con Altolandon. Una bodega que se ubica en Landete, provincia de Cuenca (DO Manchuela), y que sus viñedos se extienden sobre los 1100 msnm. Quizá se encuentren entre los más altos de España. Y, al igual que sucede en gran parte de los viñedos altos de Argentina, donde los metros sobre el nivel del mar, la amplitud térmica, los vientos y el clima, permiten trabajar con una sanidad envidiable; en Altolandon cultivan todo en ecológico, empleando abonos orgánicos y ausencia total de químicos. Por su adaptación al suelo franco-arenoso y pedregoso de la región han plantado principalmente cepas francesas como Malbec, Syrah, Garnacha, Merlot, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y las autóctonas Bobal y Tempranillo en tintas, Chardonnay o Moscatel Petit-Grain en blancas.

Directamente en su web pedimos tres etiquetas, de las cuales abrimos dos de ellas este fin de semana. Habitualmente suelo escribir en particular sobre cada vino que degusto, pero en este caso encontré tantas similitudes en ambos casos que me pareció mejor hablar de los dos indistintamente.

RAYUELO 2011, se trata de un 100% Bobal con una crianza en barricas de 8 meses y CF 2010 es un puro Cabernet Franc con una crianza de 12 meses en maderas francesas. En ambos casos la fermentación es espontánea con las propias levaduras de la uva y la estabilización es natural durante los meses de invierno. No se filtran ni clarifican. 



Tres párrafos atrás terminé la redacción dudando sobre si realmente había grandes diferencias entre los vinos de altura de Argentina y España como me había parecido hasta ahora. La respuesta es que en estos vinos encontré muchas similitudes con los tintos de altura de mi país. Intensidad cromática y un buen volumen de aromas y sabores. En nariz dominaban las notas herbales y especiadas. Con un pimiento morrón asado bien marcado y en la Bobal unas notas florales que me gustaron mucho. La boca resultó franca con la nariz aunque con las maderas algo más presentes. De entrada poderosa, con cierta rusticidad tánica a pesar de sus años, y fundamentalmente con una acidez media alta que aligeraba y refrescaba mucho su paso por boca. Dos ejemplares de altura que me gustaron muchísimo y que me trajeron reminiscencias de mi tierra.

Otro dato para tener presente es que sus precios también son acordes a los "bolsillos anticrisis". Rayuelo en su web cuesta 9 € y el CF, vino ícono de la bodega, 14 €. Para los amantes de los tintos con carácter, intensidad y gustadores de carnes rojas, mi consejo es que no los dejen pasar. Estos son vuestros vinos.

Me quedan pendientes sus blancos, que pronto los pediré porque los Chardonnay de altura me encantan y un Malbec que tengo guardado para descorchar muy pronto.

Gracias por leernos,

Buena vida y buenos vinos,

Salutes, Rumbovino.

Difundiendo la cultura del vino y en favor del consumo moderado y responsable.

17 septiembre, 2013

Un Cabernet Franc del Loira

Solo una líneas, cortas, para comentar sobre este Cabernet Franc del Valle del Loira que nos dejó boquiabiertos...



La historia de este vino se remonta al año pasado, cuando visitamos Francia. Lo compramos en un supermercado a mitad de viaje y la verdad es que lo elegimos porque costaba poco más de 3 euros y, tanto el cepaje, como su origen, nos encantan. Así que sin mucho protocolo lo metimos en el carrito... 

Esta pequeña botella resistió dos días dentro del coche a 40 grados de temperatura. Recuerden que además de los bolsos y otras yerbas, nos robaron las llaves del auto por lo que no podíamos abrirlo (pueden leer la historia en este post). El asunto es que al llegar a España quedó guardada por ahí hasta que el otro día se me ocurrió abrirla...

La sorpresa fue mayúscula cuando nos encontramos con un Cabernet Franc impoluto... Vivo, limpio y brillante, desbordando con sus intensos aromas piracínicos (pimiento morrón de libro) y notas especiadas y mentoladas. En boca estaba fresco, jugoso... riquísimo! 

Me recordó a esos Cabernet del Noroeste Argentino que tanto nos gustan. Si lo hubiese catado a ciegas, seguro me voy para esa zona... Ya ven...

Como dijimos...solo unas líneas para recordar esa pequeña historia. Qué caprichoso es el azar! Como no haber comprado más botellas...

Gracias por leernos amigos,
Salute. Rumbovino.

17 septiembre, 2012

Lupa Bloguera: Cabernet Franc


En esta nueva entrega de la Lupa Bloguera, la propuesta fue recorrer las góndolas de los diferentes lugares del país donde residimos los blogueros, en busca de todas las opciones disponibles de CABERNET FRANC… un varietal de origen Bordelés, pariente cercano, pero con menos vuelo, del Cabernet Sauvignon, y que en general forma parte de numerosos blends aportando nervio y frescura a los vinos. Aunque en lugares como el Valle del Loira, es el rey de sus tintos (lo pudimos comprobar cuando estuvimos allí... aunque su acidez es mucho más alta que acá en Argentina).

La propuesta nos gustó enseguida, porque en nuestra experiencia, si bien los exponentes de este cepaje no abundan, todas las veces que nos topamos con un FRANC quedamos más que satisfechos…

El problema es, como decíamos antes, que no abundan en el mercado….por lo que si uno se demora en elegir el vino (como nos pasó en esta edición de la Lupa) corre el riesgo de quedarse sin muchas opciones para no repetir vino. Como evidentemente quedamos últimos para elegir, decimos recorrer las vinotecas de Rosario para encontrar una opción no seleccionada por otro blog… y la búsqueda fue infructífera. Así que con menos probabilidades lo intentamos en Casilda y allí estaba el elegido. El Cabernet Franc Reserva 2008de Finca La Celia.

Si bien a este vino lo posteamos hace apenas unos meses, en una nota donde acompañó maravillosamente un Bacalao, decimos repetirlo… y al igual que aquella vez, respondió con creces.

Se trata de un vino que ya en vista se presenta importante. Con un color rojo rubí profundo, brillante, limpio y bien glicérico. No podríamos compararlos pero creemos que perdió un poquito de cuerpo.

En nariz explota con intensos y complejos aromas de frutos rojos junto a hierbas frescas, menta, eucaliptus, y pimienta negra. No cambió nada en este tiempo.

En la boca es franco con la nariz. Mucha fruta roja y una gran frescura (lo mejor) acompañada de sabores a menta y pasto verde. Los taninos están suaves y jugosos… Deja un sabor de boca largo y exquisito!

Sin lugar a dudas, este Cabernet Franc de La Celia es un vinazo! Y lo mejor es que en Casilda aún se consigue por $60!!

Si les gusta este cepaje, o si no lo conoce y les interesa saber de otras opciones, en los links de abajo pueden ver lo que encontraron los otros blogueros del vino.


Hasta la próxima LUPA BLOGUERA!!! 
Salute, Rumbovino.

10 junio, 2012

Me encanta el Bacalao!


Ahora me encanta. Pero de chico lo odiaba....

Aún recuerdo el olorcito al guiso de bacalao que hacía mi vieja en cada Semana Santa durante toda mi infancia... eso era preludio de sufrimiento inaguantable para un niño! Con el paso del tiempo me he hecho grande y logré pulir muchas cosas en relación a gustos culinarios, y este pez marino se incorporó a mi dieta junto a otros manjares que de chico odiaba. Los zapallitos rellenos!!! Puaj!

Retomando el principio. Como será que me gusta el bacalao, que como regalo de reyes (sí, creo en los reyes, jejeje) cuando estoy en Galicia, me aparece una plancha de bacalao salado Noruego bajo el arbolito.

Imagen tomada de la web
En Lugo, frente a la plaza del Águila, en pleno centro, hay una tienda que se llama “La Sucursal”. Allí, como a la vieja usansa uno consigue de todo...desde una amplísima variedad de vinos y quesos, hasta los productos típicos regionales gallegos y otras maravillas como el mejor bacalo Noruego... Eso recibo de regalo de reyes, una vez cada tanto porque su precio es elevado, pero el placer de ese pescado salado es infinito...

Siempre coincide en que por esas fechas, poquito más adelante, regreso a Argentina... y además de algún vino, en la maleta nunca falta este teleosteo (peces con hueso) envasado al vacío, metido entre la ropa que regresa a casa...

Conozco mil recetas de bacalao. A la plancha, a la parrilla, en guiso (como lo hacía mi vieja cuando yo era chico), a la marinera, al pil pil, a la gallega, frito, etc. - por cierto, si alguno de ustedes gusta de este exquisito manjar y alguna vez anda por Madrid, no deje de ir al bar “la bombilla”, cerquita de la plaza del Sol. Allí sirven el mejor bacalo frito de toda España... que con un tinto peleón y de parado, es una gloria bendita- 
No obstante, sin lugar a dudas la receta más rica de todas es la del “Bacalao a la vizcaína”, con su pimientito rojo, su cebollita, su papita y una buena cucharada de pimentón que levanta a un muerto! Qué delicia!! No solo eso, sino que me encanta el que hace Noemí siguiendo una receta familiar, porque hay muchas variantes también.

Por eso no veo la hora de que llegue el frío para terminar con las reservas que quedan en la heladera desde el mes de enero... Por fin este fin de semana, luego de 24 horas de desalar el bicho, la cena del sábado noche se coronó con un bacalao a la vizcaína.

El asunto era con qué lo acompañabamos... si bien tenemos varios vinos en casa, un fin de semana no es lo mismo sin la obligada visita a la vinoteca. Así que para allá nos fuimos...

El bacalao nuestro salió sin foto!
... Llevábamos una media hora de paseo buscando una buena alternativa para aquella cena, hasta que dimos con la góndola donde descansan los vinos de Finca La Celia. No sabemos el motivo, pero la gente no los consume mucho acá en Casilda, porque aún estaban las mismas botellas que pusieron cuando los trajeron... De la línea reserva estaban el Malbec, Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc. Este último es un varietal que siempre elaboró muy bien esta bodega del Valle de Uco, así que agarramos esa botella. Su contraetiqueta decía “ideal para acompañar pescado de mar en salsa”... pagamos $60 y se vino para casa.

 Excelente presencia, de color rojo rubí bien profundo y brillante, limpio y de lágrimas densas... De capa media alta, sin ser concentrado.

Mostró una nariz exquisita, desprendiendo aromas intensos de puros frutos rojos, con notas bien marcadas de menta y eucaliptus, hierbas frescas y pimienta negra.

Botella 3/4 vacía
(clik acá)
En la boca fue igual de bueno. Notas de frutos rojos crujientes, mucha menta y toques herbales. Lo que más nos impactó de este vino fue su frescura y jugosidad. Recorre la boca suave, sus taninos están redondos, pero en su paso tiene un tacto tan intenso que te hace salivar.

Con el bacalao quedó TREMENDO!! Anoten esta combinación porque es una delicia...

Este Cabernet Franc Reserva 2008 de Finca La Celia es uno de esos vinos que estimulan todos los sentidos y se disfrutan desde principio a fin. RPC: Muy Buena. 

Como decía al principio de la nota... Me encanta el bacalao. Ahora agrego... con Cabernet Franc!

Salute, RUMBOVINO. 

02 agosto, 2011

ADRIANO: grandes vinos

La otra noche, en Casilda, salimos a cenar con una pareja amiga. Fuimos a ADRIANO Restaurante y Vinos. Un estupendo lugar para poder disfrutar de una muy buena comida y una agradable atención. Todo un lujo para nuestra ciudad (sin dudas la mejor elección para comer o cenar).

Era una de esas noches donde el frío del ambiente invitaba a meterse en un restaurante y no salir de allí hasta la hora de irse a dormir, y así fue. Llegamos a las 21,30 y… como no podía ser de otra manera, además de buena compañía y buenas charlas, cayeron unos buenos vinos que acompañaron de maravillas. Se los contamos:

A las deliciosas rabas con salsa Tártara que pedimos de entrada, había que acompañarlas con un blanco, por supuesto. Ninguno de los 4 somos asiduos a los blancos, así que pedimos un 3/8 para que no sobre demasiado. Elegimos un SANTA JULIA Chardonnay cosecha 2010. Un buen ejemplar elaborado por los Zuccardi, de aromas intensos a frutas tropicales, acompañados de la acidez cítrica del pomelo o el limón. En boca, bien equilibrado, igualmente fresco y un dejo levemente amargo al final, muy rico! Más que cumplidor! Nos resultó escaso, muy escaso…

Llegamos al tiempo de los tintos y oteando un largo rato la carta de vinos, nos inclinamos por un Q Tempranillo 2003 de Familia Zuccardi! La cosecha que tantas buenas noticias y grandes momentos les dio a esta bodega. 
Para los que siguen este blog, que somos seguidores del Tempranillo no es ninguna novedad, y que Zuccardi está a la vanguardia con este varietal tampoco es nuevo para nadie; así que ni lo dudamos (su precio en la carta, $153).  
Esta etiqueta, pero en su cosecha 2005, la probamos hace un tiempo y nos había encantado (acá la nota), pero este 2003 estaba exquisito! Sin dudas, bien guardada en la cava del restaurante, mantuvo sus cualidades intactas. Muy buena presencia, color rubí picota brillante, con muestras de una adecuada evolución. En nariz, explosivo! Intensos aromas a ciruela bien madura, regaliz, y notas de tabaco y chocolate. En boca muy equilibrado, ni una sola arista. Expresaba fruta madura (no sobrepasada), acidez y sabores de la crianza bien amalgamados. Final de boca a toda orquesta, largo y redondísimo. Un gran vino que a mitad de botella ya nos obligó a pedir otra.

Oh! Sorpresa… no quedaba otra botella!

Parece que el honor de la elección nos tocaba a los varones, no sé bien por qué, pero nuevamente con la Carta de Vinos en mano, esta vez la cosa se complicó más, porque el Q había elevado bastante el listón…  

Mi compañero en esta historia de resolver con qué seguíamos, se inclinó por un  ANGÉLICA ZAPATA Cabernet Franc Alta, cosecha 2002 (precio, igual que el otro, $153). Sabrán ustedes que la 2002 fue una de las grandes cosecha de los últimos años, sino la mejor! Y además saben la calidad de vinos que produce esta bodega!  Yo no lo hubiese elegido porque, para mí, no era el vino para seguir, pero no por otra cosa!
Más allá de todo, hubo que cambiar el registro (son dos vinos totalmente diferentes), pero  resultó ser otro vinazo!

Presencia impoluta, como para una boda! Aunque con mucho menos cuerpo que su antecesor, mostraba un color rojo rubí anaranjado bien brillante (signos claros de buena evolución). De aromas limpios, intensos, pero con un claro dominio de puntas herbales y vegetales, con un leve dulzor frutal.
En boca resultó equilibrado, de ataque intenso combinando buena acidez con el dulzor de la fruta más madura (en boca se expresaba mejor) y algo de especias. Los 18 meses de crianza en barricas de roble francés y americano que ostenta esta etiqueta no se hacen notar en ningún momento. Sin lugar a dudas, un punto a favor más que destacable!  Al final, solo al final, un toque acaramelado que dejaba un retrogusto muy agradable.

Un vino que no resulta tan goloso como el anterior, pero de una soberbia elegancia.

Y así fue como entre unas cosas y otras se nos fue pasando el tiempo… y casi las 3,00 de la madrugada, cuando decidimos levantarnos! Perdonen la hora chicos!

RUMBOVINO

14 julio, 2011

Lorca, Corte G: Una pequeña deuda

Antes de publicar nuestra visión sobre lo que fue el MardelCatas este pasado sábado 9 de Julio, queríamos hacer esta entrada que teníamos en deuda.

Recuerdo que cuando llegamos a Argentina, de regreso desde España, tuvimos que acostumbrar el paladar a los vinos patrios… es increíble como uno se habitúa a un estilo. El tema es que llevábamos ya unos cuántos meses probando diferentes etiquetas hasta que una tarde en Rosario nos ofrecieron un Ópalo Malbec 2006Este vino lo hace un enólogo de la nueva generación, se llama Mauricio Lorca, está haciendo grandísimos vinos etc etc etc.  La primera vez no nos animamos, pero en la segunda nos lo llevamos…

Ése fue el primer vino de Argentina que nos impactó realmente tras el regreso (todo un atrevido este muchacho pensamos)… Nos quedamos con ese nombre, Mauricio Lorca, y empezamos a seguir sus etiquetas, de hecho podríamos nombrarlas a todas. Si hasta lo visitamos en la bodega que asesora y nos trajimos una barrica en el auto!! Probamos casi todo lo que hace porque tiene un estilo que nos gusta y porque como dijimos antes, fue “amor a primer trago”.

Hace un par de semanas paseando una vinoteca rosarina encontramos esta etiqueta, LORCA corte G, no la conocíamos... leímos la contraetiqueta: 70% Cabernet Franc – 30% Cabernet Sauvignon criados por separado durante un año de barricas de roble francés y americano. Ni lo dudamos…!

Esta introducción era necesaria. Nos la debíamos y se la debíamos.

Presencia intensa, limpio, brillante. Color bien profundo, oscuro, intuyéndose solo en los ribetes  guiños rojo púrpura. Otra cosa linda: lágrimas marcadas, densas, viscosas, de caída lenta. Cómo nos gustan esas piernas en un vino!

Excelente nariz, enseguida impacta el pimiento y mucha especia (leve picor agradable en la punta de la ñata). Despliega exquisitos aromas vegetales junto con tonos a frutos rojos y algo de flores (Rosas!!??).

En boca, entrada bien fresca y sedosa. Levemente astringente y con sabores a fruta joven (ciruelas), especias y los típicos herbáceos del Franc. Retrogusto no muy largo pero bien rico…

No es goloso, ni empalagoso, es tan fresco y rico que no se puede dejar de tomar… Nos sobró un cuarto de botella y al otro día estaba aún mejor!

No encontramos información de este vino en la web de la bodega, la contraetiqueta está en inglés por lo que suponemos que se exportará prácticamente todo… tampoco sabemos si se consigue fácil, pero si lo encuentra pruébelo! Su precio: $50 (en Rosario).

RUMBOVINO

15 octubre, 2010

Parte de la historia...

“DON SALVADOR” Cabernet Sauvignon 2007

Familia Muñoz (Valle de Cafayate, Salta)
Uvas: 100% Cabernet Sauvignon
Crianza: 12 meses en barrica de roble 1º uso (70% Francés-30% Americano)
Alcohol: 14º
Precio: $65 (en bodega)

Pero qué rico y elegante vino, si señor! Ya de entrada se hacía desear, con ese hermoso colorcete rojo rubí, intenso y bien brillante, limpio y de lágrimas bien marcadas de caída lenta, que lo anunciaban “apetitoso”.

Y, a continuación, entrando con la nariz en la copa, nos sorprendió no encontrarnos con el característico aroma a pimiento asado, para olerse más ácido, más frutado, recordando a la acidez fina de las ciruelas maduras. A medida que avanzaba el tiempo en contacto con el aire se iba tornando, seguramente por el paso por barrica, más “dulce”, más goloso, acaramelado, mantecoso, realmente “apetitoso”; dejando además un intenso y fantástico aroma, incluso cuando la copa llevaba ya un buen rato vacía, o sea, cuando ya nos habíamos ventilado la botella y nos daba vergüenza abrir otra…

Y en boca? Ummm… Pues como ya hablaban sus primeros aromas, con ese guiño sutilmente ácido de fruta (entendemos que intencionado como para darle frescura), entraba con “brío”, pero no tan “salvaje” como suelen entrar estos vinos cafayateños de taninos tan marcado. En este caso los taninos estaban bastante armónicos y equilibrados con el resto de las virtudes de este vino. Y... luego se iba asentando en boca para, envolvente y sedoso, irse y dejar un regustillo exquisito, largo y con un toque a ciruela negra magnífico, que te hacían desear darle un sorbito más y otro más y así hasta no dejar ni gotita, pero con calma, eh!? De lo mejor, sino el mejor, vino del Norte que hemos probado hasta el momento.

ESTA BODEGA YA NO EXISTE, POR LO QUE ESTE YA ES PARTE DE LA HISTORIA DE LOS VINOS ARGENTINOS.

Salute,
RUMBOVINO