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Argentina

ZONAS VITIVINÍCOLAS DE ARGENTINA
Al igual que en todo América, la historia de la vitivinicultura en Argentina comenzó en la época de la conquista española. Los colonizadores trajeron las primeras semillas y estacas de vid que con cuyos frutos se elaboraban los vinos para oficiar la Santa Misa. En el año 1543 la vid había llegado a la ciudad de Salta, proveniente del Alto Perú, posteriormente se extendió llegando las viñas a la ciudad de Santiago del Estero llegaron viñas aproximadamente en 1556. Allí el cultivo de vid progresó realmente, y para 1557 los jesuitas habían realizado las primeras plantaciones de cierta importancia en el territorio. Años después la inmigración europea continuó el aporte de las diferentes cepas que terminaron generando el amplio abanico varietal que hoy encontramos en nuestro país.

La República Argentina, se encuentra ubicada en el extremo sur de América, posee una superficie territorial de 2.766.889 km. y un relieve muy variado. Tiene como límite occidental la Cordillera de los Andes, que en Argentina alcanza las mayores altitudes en el continente.

La zona dedicada a la vitivinicultura, constituye una extensa franja con pendiente variable, ubicada al oeste del país, extendiéndose de norte a sur al pie de la cordillera andina, entre los 22° y los 42° de latitud sur, abarcando toda la zona templada. Esta gran amplitud en latitud norte-sur, combinada con la topografía de los numerosos valles andinos, condicionan grandes variaciones ecológicas que posibilitan la clasificación de regiones vitícolas bien demarcadas, cada una con características ecológicas particulares. Las altitudes de todas estas regiones son variables, encontrándose zonas de cultivos de vid localizadas entre los 200-300 msnm en la Patagonia y los casi 3000 msnm en la región Norte. Tal peculiaridad es única en el mundo, ya que no sólo abarca a los viñedos ubicados a las mayores alturas conocidas para la producción de vinos, sino que, además, el promedio general se ubica por encima de los 900 metros, algo que no tiene parangón en todo el planeta.

La Cordillera de los Andes influencia de manera decisiva el clima de buena parte del territorio argentino y principalmente de su zona vitivinícola. El cordón montañoso, determina que las masas de aire húmedo provenientes del océano Pacífico descarguen su humedad sobre territorio chileno y si penetran en nuestro país, el aire es seco y caliente, como es el caso del viento Zonda, típico de la Provincia de San Juan.

El clima de la zona vitivinícola es, en general, de carácter continental, semidesértico con estación invernal seca, templado o templado frío, con precipitaciones en el período estival, que varían entre 100 y 300 mm anuales, pudiendo alcanzar en algunos lugares los 400 mm de lluvia al año. Sin embargo las precipitaciones invernales en la Cordillera son importantes como reserva de agua. La humedad relativa es baja, lo que sumado a la escasa precipitación, constituye una condición excepcional para la calidad y el estado sanitario de las uvas.

Dos factores marcan de manera determinante nuestros viñedos: la abundancia de sol, que permite una excelente maduración de las uvas que llegan sin dificultades a su plenitud de aromas, sabores, color y taninos y la altitud sobre el nivel del mar, dada por la Cordillera de los Andes que en Argentina alcanza las mayores altitudes en el continente, la cual es causa de una importante amplitud térmica.

Los factores expuestos constituyen una condición excepcional para la calidad y el estado sanitario de las uvas, evitando el desarrollo de enfermedades criptogámicas. Los productos vitivinícolas argentinos son naturales y libres de residuos de pesticidas. Las temperaturas apropiadas y una gran heliofanía (presencia del sol) durante todo el año permiten que las distintas variedades de vid cultivadas puedan completar perfectamente su ciclo vegetativo, alcanzando sus frutos la madurez industrial y niveles de calidad óptimos. Dado que la vid es una especie criófila, las temperaturas invernales bajo cero resultan muy convenientes para su reposo vegetativo. No obstante, la ocurrencia de heladas tardías o tempranas es un factor climático limitante para la producción de la vid en determinadas regiones. Otro factor adverso a la vitivinicultura lo constituyen las tormentas de granizo, que en algunas localidades producen la pérdida de parte de las cosechas.

Los suelos, en general, son de gran aptitud para el cultivo de la vid. Dada la extensión de la zona vitivinícola argentina, presentan diversas características, desde arenosos a arcillosos, con predominio de los suelos sueltos y profundos. Son suelos de reacción alcalina, ricos en calcio y potasio y pobres en materia orgánica, nitrógeno total y fósforo. Los valores de pH son por lo general próximos a 8.

Las escasas precipitaciones obligan a que los viñedos se desarrollen irrigados por una compleja red de canales que distribuyen el agua proveniente de los deshielos cordilleranos que forman ríos de régimen irregular, cuyas crecidas estivales son captadas y almacenadas por medio de embalses y otras obras hidráulicas. Al aprovechamiento del agua superficial debe añadirse la captación de agua subterránea. La irrigación artificial permite que la provisión de agua al viñedo pueda efectuarse en los volúmenes y épocas más apropiadas, conforme al estado vegetativo de las vides y a la calidad que se busca obtener. El riego se realiza por diversos sistemas: por surcos, a manto (inundación) o por goteo entre los más tradicionales. Por otra parte, el riego, ha posibilitado además la forestación de los canales que bordean calles, caminos y rutas que con sus túneles de verdes frondas dan al paisaje una fisonomía peculiar y tal vez única, permitiendo atemperar los rigores estivales y confiriéndole características de verdaderos oasis dentro de una región extremadamente árida.


La Zona Vitícola Argentina puede ser dividida en tres regiones bien diferenciadas por sus características ecológicas netamente definidas y la diversidad de sus suelos: la región Noroeste, la región Centro Oeste y la región Sur.


REGIÓN CENTRO - OESTE


MENDOZA (158.836 ha cultivadas)

Es el centro vitivinícola más importante del país. Además, la vitivinicultura constituye una de las principales actividades económicas de la provincia. En las últimas décadas ha alcanzado un alto grado de desarrollo, puesto de manifiesto en el mejoramiento de los cepajes y en el perfeccionamiento tecnológico. Las áreas cultivadas con viñedos se encuentran, a modo de oasis, próximas a los ríos de montaña más importantes, los que proveen el agua necesaria para la irrigación de los cultivos. Para completar las necesidades de riego, también se hace utilización de agua subterránea obtenida mediante numerosas perforaciones.

Zona Norte de Mendoza
Comprende las superficies vitícolas de los departamentos Lavalle y Las Heras, irrigadas con aguas del Río Mendoza.

Los suelos en su gran mayoría son poco profundos y algo salinos, lo que demanda la implementación de sistemas de drenaje para efectuar lavados que mantengan un bajo nivel de sales. El clima es templado cálido con aproximadamente 200 días libres de heladas, lo que permite una buena maduración de las uvas. Se cultivan principalmente las variedades rosadas: Cereza, Criolla Grande y Moscatel Rosado y entre las blancas predomina la variedad Pedro Ximénez. Esta área es de gran aptitud para el cultivo de uva de mesa y pasas, ya que se obtienen buenos rendimientos y calidad.

Zona Centro de Mendoza


De condiciones ecológicas extraordinarias para la vitivinicultura, corresponde al área históricamente conocida como "Primera Zona" muy prestigiada por la calidad de sus vinos. Comprende los departamentos de Luján de Cuyo, Maipú, Guaymallén y Godoy Cruz.


El clima templado, variando de templado frío a templado cálido, según se avanza de sur a norte, es adecuado para permitir la óptima maduración de las uvas. Los suelos son francos a franco-arcillosos con bastante material grueso (grava y canto rodado). Tienen muy buena permeabilidad y son pobres en materia orgánica y sin problemas de salinidad. La irrigación se realiza utilizando aguas del río Mendoza.

En el departamento de Luján de Cuyo la vid se cultiva en el pedemonte de los cordones montañosos, a más de 850 msnm, en excelentes condiciones ecológicas. Predomina el cultivo de variedades de alta calidad como MALBEC, que en estas condiciones agroclimáticas experimenta una exaltación de sus características enológicas dando origen a vinos finos de gran singularidad y calidad. Además se cultivan otras variedades como Cabernet Sauvignon, Chenin, Merlot, Chardonnay, Syrah, Ugni Blanc, Tocai Friulano y otros de muy buena calidad. El sistema de conducción es la espaldera baja y parral. Se destaca un alto grado de perfeccionamiento tecnológico, que unido a las óptimas condiciones ecológicas y a la bondad de las variedades cultivadas, han permitido a esta área elaborar vinos finos tintos, rozados y blancos de calidad superior. Actualmente se encuentra funcionando la Denominación de Origen " Luján de Cuyo".


Zona Este de Mendoza
Abarca los departamentos de San Martín, Rivadavia, Junín, Santa Rosa y La Paz. Es la mayor productora de la provincia, con el 49,34% de su superficie vitícola.

Está principalmente irrigada por el curso inferior del río Tunuyán y por el río Mendoza, completándose la demanda hídrica por agua subterránea captada por bombeo. Se cultivan principalmente las variedades Criolla Grande, Moscatel Rosado, Pedro Ximénez, Cereaz, Malbec, Bonarda, Tempranillo, Sangiovese, Ugni Blanc, Merlot y Syrah. EL sistema de conducción más difundido es el parral, al que le siguen en importancia la espaldera alta y baja.

El clima es templado y posee un régimen superior a 2200 horas sol en el período de 210 días favorables para el desarrollo vegetativo, permitiendo la perfecta maduración de la mayoría de las variedades cultivadas. Tiene gran amplitud térmica anual, favoreciendo el reposo vegetativo de las plantas. Los suelos son de origen eólico, de textura franco arenosa y areno limosa ricos en potasio. También existen algunos suelos salinos los que deben manejarse adecuadamente mediante lavados. Esta zona ha producido progreso en el manejo de los cultivos, sistematización del riego, incorporación de tecnologías y modernas maquinarias, tanto en bodegas como en fábricas de mosto. Produce principalmente vinos de mesa, vinos finos de excelente calidad y mostos o jugos concentrados de uva. Es también importante la producción de uva para consumo en fresco y para pasas.



Zona del Valle de Uco (Sudoeste)

Es la nueva gema del vino argentino. Abarca territorios cultivados de los departamentos de Tunuyán, Tupungato y San Carlos, sobre el pedemonte de la Cordillera de los Andes. La altitud varía desde los 900 msnm en la ciudad de Tunuyán hasta los 1.200 msnm en Tupungato. La superficie implantada con viñedos representa poco más del 6% del total de la provincia de Mendoza (actualmente esta zona se encuentra en franca expansión y en poco tiempo los porcentajes oficialmente serán mucho mayores). Los terrenos cultivados con viñedos son irrigados por los ríos Tunuyán y Tupungato. Los inviernos son rigurosos y los veranos cálidos con días templados o cálidos y noches muy frías. La amplitud térmica diaria es de unos 15°C, lo que favorece una muy buena producción de color y tanino en las uvas y permite disponer de materia prima adecuada para obtener vinos destinados a una crianza prolongada. Las heladas y el granizo son dos factores adversos que con frecuencia ocasionan pérdidas en las cosechas, en algunos casos de importancia.

En las zonas altas, de marcada pendiente, los suelos son pedregosos, los cantos rodados aparecen mezclados con arena gruesa y algo de limo, siendo de escasa fertilidad. A causa de su composición física y mecánica son suelos muy permeables, sin problemas de drenaje ni salinidad en su gran mayoría. En esta zona predominan las variedades tintas, entre las que podemos mencionar: Malbec, Tempranillo, Merlot, Cabernet Sauvignon, Bonarda y Pinot Noir. Se cultivan también variedades blancas, tales como Semillón (principalmente en Tupungato), Torrontés Riojano, Chardonnay y Chenin, entre otras. Mención especial merece la notable calidad de los vinos tintos principalmente de Malbec, variedad que alcanza óptimos niveles cualitativos en el Valle de Tupungato.
La variedad Semillón es el cepaje blanco fino más abundante en el valle, especialmente en Tupungato, donde manifiesta al máximo sus excelentes cualidades, dando un vino de pronunciado aroma frutal y buena acidez. En general los vinos producidos en el valle de Uco tienen gran acidez, muy buena estructura, son muy complejo y de gran color.


Zona Sur

Comprende los viñedos de los departamentos de San Rafael y General Alvear. Este oasis está irrigado por los ríos Atuel y Diamante y se ubica al pie de la cordillera principal. Representa el 18% de los viñedos de la provincia de Mendoza. Al diferencia de lo que ocurre con el valle de Uco, esta zona está perdiendo la importancia enológica que pudo tener en sus tiempos. Si bien esta área ofrece excelentes condiciones climáticas y edáficas para el cultivo de la vid, los suelos no son homogéneos y hay lugares donde la calidad no es la más adecuada para el cultivo de la vid. Los suelos son aluvionales, presentando gran proporción de calcáreo. Con frecuencia el subsuelo es pedregoso. En estas condiciones la vid vegeta sin excesivo vigor, dando moderados rendimientos. Otro de los factores que hay impactado no del todo bien en la zona Sur es la frecuencia de tormentas fuertes y granizo que impactan negativamente en la producción. Entre las variedades cultivadas se pueden mencionar Malbec, Bonarda, Cabernet Sauvignon, Tempranillo y Chenin, entre otras. Entre los sistemas de conducción predomina la espaldera baja. Se producen vinos de mesa y finos de excelente calidad.



SAN JUAN

San Juan es la segunda provincia productora de vinos de la Argentina, tanto en términos de superficie de viñedos como en volumen total de producción. La vitivinicultura se desarrolla principalmente en el Valle del Tulum y en menor proporción en los valles de Zonda y Ullum, ubicados entre la Cordillera de los Andes y la sierra de Pie de Palo, a ambos lados del río San Juan. También se cultiva la vid en otros valles cordilleranos más altos y en consecuencia más frescos, como Calingasta, Jáchal (a 1.165 msnm) e Iglesia. El valle de Tulum se extiende en el sentido norte-sur, en la parte centro-meridional de la provincia, con una longitud aproximada de 100 km, y un ancho variable entre 5 y 50 km. Ullum y Zonda son dos pequeños valles vecinos al anterior, de unos 15 km de longitud en el sentido norte-sur y un ancho variable entre 5 y 10 km, en el sentido este-oeste. Las altitudes oscilan entre los 600 m en los distritos más bajos del valle de Tulum, y los 1200 m en el valle del Pedernal (valle pequeño dentro del Ullum-Zonda que actualmente está creciendo mucho y logrando ejemplares de gran calidad enológica).

El clima es cálido, de gran estabilidad. Las lluvias son escasas. Predominan vientos generalmente suaves y en primavera suele soplar el viento Zonda, muy seco y caliente. Si sopla en época de floración o cuaje, suele producir serios daños en los viñedos, no sólo por la elevada temperatura que puede alcanzar el aire, sino por los bajos índices de humedad que se registran simultáneamente. La incidencia del granizo es mucho menor que en la provincia de Mendoza. Los suelos situados en la margen izquierda del río son pedregosos y en parte cubiertos de arcilla y arena adecuados al cultivo de la vid. Los ubicados sobre la margen derecha son de gran fertilidad, en general arenosos, arcillosos y poco profundos. El agua de irrigación es apta para uso agrícola, siendo principalmente aportada por el río San Juan y en menor proporción por el río Jáchal y también por captación de aguas subterráneas mediante perforaciones.
Las variedades que generalmente se cultivan en esta provincia son Bonarda, Cabernet Sauvignon, Greco Nero (prácticamente inexistente en otras regiones) y Syrah, variedad digna de mención ya que alcanza en San Juan una expresión varietal reconocida a nivel mundial.


REGIÓN NOROESTE
Es una región geográficamente amplia. Se encuentra ubicada entre los 22° y 29° de latitud sur. Comprende el sur de la provincia de Jujuy, parte de las provincias de Salta (Como curiosidad es importante destacar que Salta es la región vitivinícola más septentrional de la Argentina y se enorgullece de tener los viñedos comerciales más altos del mundo), Catamarca, La Rioja y el noroeste de Tucumán. El cultivo de la vid encuentra su mejor expresión en los valles cordilleranos irrigados, cuya altitud oscila entre 1 .000 y 3.000 msnm, tales como Cafayate en Salta, Andalgalá y Tinogasta en la provincia de Catamarca y Chilecito en La Rioja. En los lugares donde la altitud es menor a los 900-1000 msnm, el cultivo de la vid resulta perjudicado por las excesivas temperaturas estivales.
Pese a la gran amplitud latitudinal que presenta esta región, el cultivo se concentra en los mencionados valles, por lo que no es muy grande la superficie que reúne las condiciones de irrigación y altitud requeridos. Efectivamente, esta región representa el 5,70% de la superficie de viñedos del país. En esta región no se consideran subregiones, ya que como se indicó anteriormente, el área cultivada con vid está generalmente concentrada en valles aislados. Siguiendo la dirección norte-sur, cabe mencionar los siguientes valles.


Perico y El Carmen

Es un área vitícola muy reducida, de aproximadamente una centena de hectáreas, que produce uvas destinadas al consumo en fresco. Se ubica en el departamento El Carmen de la provincia de Jujuy. El factor limitante para el cultivo de la vid es la precipitación pluvial, que registra anualmente valores superiores a los 600 mm, concentrados principalmente entre los meses de diciembre a marzo. Las variedades más difundidas, en orden de importancia, son: Cardinal, AIfonso Lavallèe, Dattier de Beyrouth y Reina de la Viña. El destino de la producción es fundamentalmente el consumo en fresco como uva de mesa. El sistema de conducción más utilizado es el parral (100% de los viñedos).


Quebrada de Humahuaca

Recientemente se ha agregado al extenso mapa vitivinícola de Argentina una zona nueva, quizá la más nueva y más al Norte del país actualmente, localizada por debajo los 20º de latitud Norte. La Quebrada de Humahuaca. El lugar elegido para comenzar con este emprendimiento de producir vinos finos de alta calidad y con sello de altura es el paraje San Pedrito, entre los pueblos de Maimará y Tilcara, en el Km 1776 de la Ruta Nacional Nro. 9. San Pedrito de Maimará con una altura de 2500 msnm es una pequeña zona de productores de hortalizas y flores que cultivan tierras en las márgenes del Río Grande. Es uno de los sitios con más alta luminosidad en el mundo y una gran variación de temperaturas a lo largo del día y de las noches.

Valles Calchaquíes

Si bien en este caso no sería correcto usar el plural, ya que en realidad se trata de un solo valle, la zona comprende varios terruños situados a diferentes altitudes que oscilan entre los 1.700 m en Cafayate hasta los 2000 m en Yacochuya y los 3.000 m en Colomé. Comprende las cadenas montañosas al oeste de la provincia de Salta, el noroeste de Tucumán y el norte de Catamarca.

El clima es templado, con notables amplitudes térmicas y extraordinaria diafanidad atmosférica. Los veranos son largos. Ocasionalmente tienen lugar heladas tardías en primavera, si bien el período libre de heladas es amplio, abarcando desde el mes de octubre hasta abril. Son frecuentes las granizadas localizadas, durante las tormentas de verano. Los suelos son generalmente franco-arenosos o arenosos con elevada proporción de arena fina. El perfil del suelo es profundo con subsuelo algo pedregoso que asegura una excelente permeabilidad y la lixiviación de sales perjudiciales. El agua de irrigación proviene principalmente de los ríos Calchaquí y Santa María y de numerosos cursos de agua, afluentes de esos colectores. También se capta agua del subsuelo mediante perforaciones.

La variedad más cultivada es la Torrontés, por su aroma y sabor característico produce un vino de gran tipicidad. Le siguen en importancia, Chardonnay, Chenin y Cabernet Sauvignon. El sistema de conducción predominante es el parral (aproximadamente el 92% de los cultivos). En esta zona vitivinícola se destaca Cafayate como el principal centro productor, con un 70% de la superficie con viñedos, (aunque la producción total de vino del valle de Cafayate representa solo el 1% del total producido en el país) seguido en importancia por San Carlos en la provincia de Salta y Santa María en la provincia de Catamarca.
Se destaca la producción de vinos finos de gran calidad, principalmente los blancos elaborados con uvas aromáticas de la variedad Torrontés, que les confiere un aroma floral intenso y característico, siendo únicos en el mundo. También se producen vinos finos tintos de altísima calidad, principalmente Malbec. Otro cepaje que está tratando de imponerse en esta zona y produciendo ejemplares de gran calidad es la cepaTannat.
 
Valles de la Provincia de Catamarca (2455 ha cultivadas):
El relieve es muy montañoso y su clima depende, en consecuencia, de la altitud. Justamente a causa del relieve pueden distinguirse netamente dos áreas: la occidental y la del Valle de Catamarca u oriental. El Valle de Catamarca tiene una precipitación anual de aproximadamente 400 mm. Los suelos son profundos, francos o limo-arenosos. Las temperaturas estivales son elevadas. El oeste es más fresco, con precipitaciones anuales inferiores a 200 mm, distribuidas principalmente en el período estival.
Los suelos son bastante homogéneos, de textura media y fina, pobres en materia orgánica, calcáreos y en general, poco salinos. Existe un neto predominio de las variedades rosadas y blancas de vinificar. La variedad Cereza, es utilizada con tres finalidades: vinificar, consumo en fresco y elaboración de pasas. También se cultivan en menor cantidad Torrontés Riojano, Sultanina Blanca, variedad para pasa, Bonarda y Moscatel de Alejandría.
En el área occidental, el departamento Tinogasta, tiene prácticamente el 70% de la superficie vitícola de la provincia, dedicándose a la producción de uvas para consumo en fresco y para vinificar, con las que se elaboran vinos regionales. Aquí se concentra la mayor cantidad de bodegas de la provincia de Catamarca, que producen casi el 77% de la producción. Fiambalá, en el citado Departamento, produce uvas para pasa. En el área del valle, se destaca Capayán, dedicado a la producción de uvas para consumo en fresco. El sistema de conducción predominante es el parral, utilizándose también la espaldera baja si bien, en menor proporción. En los últimos años se han incorporado nuevas técnicas de cultivo y tecnología en la parte industrial.
Actualmente, el incipiente desarrollo de los vinos Syrah, Malbec y Cabernet Sauvignon, algunos de los cuales han tenido muy buena repercusión en el mercado, augura un futuro alentador para Catamarca.

La Rioja (8498 ha cultivadas):

Aunque en esta provincia hay algunas zonas pequeñas y aisladas en las que se producen volúmenes importantes de vino, los vinos de mayor renombre elaborados en La Rioja provienen de la región del Valle de Famatina. Este valle se sitúa entre las cadenas montañosas de Sierra de Velasco y Sierra de Famatina.
Al igual que el resto de la regiones vitivinícolas argentinas, en esta zona el clima es seco, (el promedio anual de precipitaciones es de 185 mm), relativamente ventoso, y con suelos aluviales que por lo general se encuentran en valles de gran antigüedad geológica.
Las altitudes son, sin duda, notables, ya que oscilan entre los 800 y 1400 msnm. El sistema de conducción predominante es el parral, siguiéndole en mucha menor importancia, el "majuelo riojano", el espaldero alto y algunos viñedos en sistema de cabeza. El "parrón" (parral alto) se utiliza en los departamentos de Sanagasta, Castro Barros y San Blas de los Sauces.
Las nuevas tecnologías incorporadas durante el último quinquenio, especialmente los sistemas de riego por goteo y la maquinaria de bodega, facilitaron la producción del típico Torrontés de la región: un vino blanco de aroma excepcionalmente voluptuoso pero a la vez elegante. Asimismo, se han logrado avances interesantes con respecto al cultivo de Syrah, Malbec y Chardonnay.


REGIÓN SUR (PATAGONIA)
Es la más austral de todas las regiones vitivinícolas argentinas y la que está ubicada a menor altitud. Comprende áreas bien determinadas por la provincia de La Pampa, Neuquén y Río Negro, donde la vitivinicultura se asienta en las márgenes de los ríos Negro y Colorado. Los días son templados y luminosos y las noches frescas, con una apreciable amplitud térmica. La duración del período libre de heladas, posibilita el cultivo de variedades precoces y de primera época.

Desde el punto de vista edáfico los suelos son coluviales y aluviales, de textura mediana a gruesa, aptos para el cultivo de la vid. A diferencia de otras regiones del país, la vitivinicultura constituye una actividad secundaria en la economía de esta región y el cultivo de la vid ha decrecido sensiblemente en los últimos años. En esta región se pueden delimitar distintas subregiones bien diferenciadas, destacándose principalmente el tradicional Alto Valle del Río Negro y el nuevo oasis productivo patagónico San Patricio del Chañar.
Alto Valle del Río Negro (2.806 ha cultivadas):
El Valle de Río Negro, en el extremo sur del territorio vitivinícola de la Argentina, se encuentra a 39° de latitud sur y a 300 msnm. Concentra la mayor superficie vitícola de la región. Se trata de un valle ubicado desde Chichinales hasta Confluencia, sobre las márgenes del curso inferior de los ríos Limay y Neuquén.

Las uvas de climas frescos se desarrollan bien en los suelos calcáreos de la región y son ideales para la producción de variedades blancas de calidad, tales como Traminer, Riesling, Sauvignon Blanc y Chardonnay. Sin embargo, Río Negro también cuenta con variedades tintas como Merlot y Pinot Noir, que en esta región encuentra un medio muy favorable para su desarrollo.

La mejor virtud de la zona es la presencia de vientos fuertes ya que la sequedad que ellos generan en el medio ambiente ayuda a evitar la propagación de enfermedades. De esta virtud surge, además, la posibilidad de elaborar vinos orgánicos sin el agregado de agroquímicos. La gran amplitud térmica, particularmente en el otoño, durante el período de maduración de la fruta, hace posible que la uva madure lentamente y desarrolle una mejor acumulación de sabores y azúcares ácidos produciendo mostos con un mayor contenido de acidez que incluye una elevada proporción de ácido málico y menor riqueza de azúcar.
San patricio del Chañar, Provincia de Neuquén (1.478 ha cultivadas):
La zona conocida como San Patricio del Chañar, a 40° de latitud sur, reúne la mayor cantidad de bodegas neuquinas. En esta zona las altitudes son medias a bajas, y las condiciones del suelo son generalmente excelentes. Los fuertes vientos representan un desafío importante para los viñedos de esta zona, que es la única región vitivinícola del siglo XXI en el mundo.
Sus viñas más viejas alcanzan apenas los 10 años de edad, todas sobre espaldera baja, y regadas por sistema de goteo de última tecnología con agua del Río Neuquén, que es conducida por diques reguladores hasta las diferentes Fincas. Al igual que en el Alto Valle, su clima seco con vientos frescos mantienen las plantas con altos niveles de sanidad, por lo que la casi totalidad de los vinos producidos en esta región son orgánicos. Otra curiosidad de esta zona, además del maravilloso paisaje que la enmarca, es la presencia de filas interminables de álamos y que representan la principal barrera contra el viento, permitiendo preservar las viñas de manera natural.
El número de hectáreas cultivables, sumado a las bodegas ya instaladas que operan con tecnología de punta y, a tres nuevas bodegas que iniciarán sus actividades en un futuro cercano, lograron que durante los últimos seis años, Neuquén se haya transformado en el centro vitícola de mayor crecimiento de la República Argentina.

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