Un blog de vinos por aficionados, para aficionados. Mas que un blog, nuestro cuaderno de notas.



Cepas Blancas

ALVARIÑO:
Es considerada una de las variedades autóctonas más importantes de Galicia, aunque aún hoy su verdadero origen permanece incierto. Se cultiva en Pontevedra, Galicia, bajo la Denominación de Origen Rias Baixas y en el norte de Portugal donde se emplea en el Vinho Verde portugués. Es una uva de brotación precoz y tardía maduración, lo que conlleva un largo ciclo vegetativo. El cultivo de la vid se suele elevar del suelo con la intención de facilitar el acceso de la luz solar y separar el cultivo de la humedad del suelo. Aunque lleva siglos plenamente adaptada al clima y suelo gallego (especialmente al pontevedrés, donde ejerce pleno monopolio) el prestigio de la uva albariño es relativamente reciente. El Albariño es probablemente el vino blanco (sin contar el cava) más conocido y con más prestigio fuera de las fronteras españolas.

Presenta un color amarillo-palliza, brillante, con irisaciones doradas y verdes. Poseen aromas florales y afrutados, finos y distinguidos, que impresionan agradablemente, de intensidad media y duración media-larga. Su sabor es fresco y suave, con suficiente cuerpo y grado alcohólico (entre 11 y 13% Vol.), acidez equilibrada (entre 7 y 9 g/l), armoniosos y de amplios matices. Su regusto es placentero, elegante y completo, ideal para acompañar los magníficos mariscos y pescados gallegos.


CHENIN BLANC: Pineau, Pineau de la Loire, ó Pineau d´Anjou
Variedad originaria del valle del río Loire, en Francia. En el siglo XV, su cultivo se extiende río arriba hacia las tierras del señor de Chenonceaux, y de su cuñado, el abad de Cornery, en Mont-Chenin (de ahí el origen del actual nombre); y hay noticias también hacia la región de Touraine, donde se señala su presencia desde comienzos del siglo XVI. Esta uva blanca da vinos de mesa, espumosos, semi-secos vigorosos y sobre todo, unos soberbios vinos licorosos elaborados a partir de vendimias tardías, con una fuerte concentración de azúcar, con ella se producen algunos de los vinos blancos dulces más finos que existen en el mundo. Por su brotación temprana, y a pesar de la protección orográfica de la zona, está expuesta a las heladas primaverales, y cuando le falta el sol, puede alcanzar una acidez excesiva. Pero esta acidez que afecta negativamente a los vinos jóvenes, puede sostener el vino proporcionando una buena longevidad.

Su cultivo ha estado limitado a las orillas del Loira hasta la última mitad del siglo XX donde su extensión ha llegado a nuevas regiones vinícolas, como California y Sudáfrica. Sin embargo, en este último país se descubrió en 1965 que la cepa conocida como Steen era en realidad la Chenin Blanc. En Argentina es la más extendida de las variedades blancas. Se la utiliza como varietal o como vino de corte. Se la conoce también como Pinot de la Loire, aunque algunos sostienen que no son las mismas variedades.



CHARDONNAY:
Considerada la reina de las uvas blancas, produce en la Borgoña Francesa algunos de los más renombrados y caros vinos blancos del mundo. Es reconocida por investigadores, cosecheros y viveristas como la cepa más noble del mundo. Su cultivo se extendió exitosamente en muchos países. Desde el punto de vista agrícola, es una cepa vigorosa, con porte semi-erguido, con hojas de tamaño mediano, forma pentagonal trilobuladas, con senos laterales casi inexistentes, de haz verde claro y envés glabro, casi sin pelos, con una baya pequeña esférica de color blanco ambarino y una buena riqueza en azúcar y, por tanto, suficientemente alcohólico. Produce vinos blancos profundos y delicados de notable persistencia. Su seña particular es su color amarillo pálido con reflejos verdes. Su aroma recuerda a frutos frescos como la manzana o a flores. Es una variedad que se adapta muy bien al estacionamiento en barricas o toneles de roble nuevo. En Francia es la uva utilizada en la DO Chablis. En Argentina se lo utiliza como base de la mayoría de los vinos espumosos. Su desarrollo más importante lo encuentra en las zonas de San Rafael, Tupungato y Maipú en la provincia de Mendoza, y en el Alto Valle del Río Negro. Si bien suele asociarse con otros varietales blancos, los chardonnay de máxima calidad no se mezclan nunca.
  
RIESLING:
Tradicional cepaje alemán también cultivado con éxito en la Alsacia Francesa, donde se elaboran los mejores vinos de esta cepa. Es una de las uvas blancas menos conocida fuera de su entorno de cultivo. Da lugar a muchos de los vinos blancos secos más finos del mundo y a algunos dulces maravillosos, sobre todos los elaborados con la uva atacada por el hongo que produce la "podredumbre noble". Es una uva de maduración temprana que se adapta perfectamente a los climas fríos de Alemania, en Argentina hay muy pocos ejemplares puros, práctimente no se produce, con excepción de alguna bodega (Luiggi Bosca p.ej.). Produce vinos extraordinariamente aromáticos, muy frutales con sabores como el de la manzana, los minerales o la miel. Una característica particular es que los ejemplares elaborados con Riesling tienen un enorme potencial de envejecimiento.


SEMILLÓN:
Se duda si la variedad es originaria de Aquitania o del mismo Sauternes, comarca Bordelesa en la que se documenta por primera vez su existencia en el siglo XVIII. La mayor parte de la Sémillon francesa se encuentra en Gironde (La zona de Burdeos), aunque también se cultiva en las regiones limítrofes de Dordogne y Loten-Garonne. Es un componente esencial para la elaboración de blancos secos y especialmente los muy famosos Sauternes dulces (a partir de uvas afectadas por la “podredumbre noble”). Esta cepa de porte semi-erguido, sostiene racimos de mediano tamaño compacto cuya uva atacada por la podredumbre noble puede llegar a recolectarse hasta ocho o nueve veces, desde septiembre hasta diciembre, pues haya que esperar pacientemente a que cada grano adquiera el aspecto de pourri plein que le otorga la enfermedad. Los suelos bastos bordeleses favorecen la aparición de la podredumbre noble, aunque al extenderse por el mundo, la Sémillon ha acabado adaptándose a todo tipo de suelos. Sin embargo, fuera de su patria se dan muchos casos de mala calidad por no controlar los rendimientos. Si estos son limitados y el clima moderado, madura en forma ideal. El semillón es una uva que si bien no suele usarse con roble, tiene una gran capacidad de envejecimiento en botella.
Se produce también en otros países como Australia donde ha logrado adaptarse muy bien, produciendo unos vinos excelentes, especialmente en el valle de Hunter. En Argentina, luego de un mal comienzo, se desarrolla bien en zonas frías como en el Valle de Uco (Mendoza), y en el Alto Valle de Río Negro. Como varietal puro produce vinos jóvenes con un sabor a limón muy característico, aunque con una acidez muy marcada.

Un Sauternes de un buen año puede convertirse en un placer sublime: dulce, de rica textura, aroma a flores y brillante color dorado.


TORRONTÉS:
La uva torrontés da origen al vino blanco más típico de la Argentina, ya que sus características se consideran únicas en el mundo.Si bien su origen es dudoso, estudios recientes arrojaron que proviene del Mediterráneo, de la zona de Malvasia y sería un cruzamiento entre Moscatel de Alejandría y Criolla Chica. En Argentina existen diferentes tipos de uva torrontés: el Riojano, el Mendocino y el Sanjuanino, aunque es el primero el que expresa mejores cualidades para la elaboración de vinos finos, muy frutados y a la vez secos, lo que les ha valido varios galardones internacionales. El perfume básico del torrontés recuerda a la Moscatel, pero de manera más suave y elegante, con una intensa voluptuosidad frutada y tonos especiados y florales. Es un cepaje que se comporta mejor para producir vinos jóvenes ya que el envejecimiento no beneficia especialmente. En España también se producen vinos con la cepa torrontés. Es considerada como cepa autóctona de Galicia y en la actualidad su cultivo está prácticamente limitado a la región de Ribeiro en la provincia de Orense. No se ha demostrado aún ninguna relación genética con la torrontés de Argentina.
La uva torrontés da origen al vino blanco más típico de la Argentina, ya que sus características se consideran únicas en el mundo.Si bien su origen es dudoso, estudios recientes arrojaron que proviene del Mediterráneo, de la zona de Malvasia y sería un cruzamiento entre Moscatel de Alejandría y Criolla Chica. En Argentina existen diferentes tipos de uva torrontés: el Riojano, el Mendocino y el Sanjuanino, aunque es el primero el que expresa mejores cualidades para la elaboración de vinos finos, muy frutados y a la vez secos, lo que les ha valido varios galardones internacionales. El perfume básico del torrontés recuerda a la Moscatel, pero de manera más suave y elegante, con una intensa voluptuosidad frutada y tonos especiados y florales. Es un cepaje que se comporta mejor para producir vinos jóvenes ya que el envejecimiento no beneficia especialmente. En España también se producen vinos con la cepa torrontés. Es considerada como cepa autóctona de Galicia y en la actualidad su cultivo está prácticamente limitado a la región de Ribeiro en la provincia de Orense. No se ha demostrado aún ninguna relación genética con la torrontés de Argentina.


SAUVIGNON BLANC:
Uva originaria del sudoeste de Francia (Burdeos). Luego de la Chardonnay, es la variedad blanca más fina a nivel internacional. En el mundo del vino, son reconocidos los Sauvignon Blanc de Sudáfrica y Chile. Es una uva muy versátil produce vinos de buen cuerpo, muy aromáticos y de buena acidez. Posee un matiz ahumado muy apetecible, aparte de detectársele perfumes a cassis, pomelo y maracuyá. Es una variedad que se usa sola, aunque en algunos casos se la suele combinar con la variedad Semillón, obteniendo vinos finos blancos de excelente calidad. El Sauvignon Blanc es un vino para beber preferentemente joven. Algunas bodegas se animan a hacerlo convivir un tiempo con la madera de roble logrando ejemplares excepcionales, que igualmente conservan su identidad.



VIOGNIER:
Su origen es todo un misterio pero existen algunas hipótesis sobre su llegada a Francia: una es que los griegos la pudieran traer al Valle del Ródano junto con la Syrah, pero la versión más legendaria, y probablemente también más romántica, atribuye el logro al emperador Probus, quien devolvió a los galos el derecho a cultivar la vid casi dos siglos después de que Domiciano ordenara arrancar la mitad del viñedo. Sería él quien en el año 281 habría importado la cepa desde Dalmacia a la región de Condrieu (Francia).

Es una uva con un grandísimo potencial, en la mayoría de los casos aún por explotar, pero sin lugar a dudas este varietal produce unos vinos realmente originales. Madura de manera óptima y puede alcanzar los 15 grados de alcohol, aunque se obtiene vinos de baja acidez. Su color típico es un inconfundible amarillo dorado. Aunque de preferencia se consume joven, hay quienes dicen que tiene una gran capacidad para evolucionar favorablemente en el tiempo: si en su juventud resulta licoroso, al cabo de dos o tres años puede volverse más seco. Sus aromas evocan a flores como la magnolia y la madreselva y aparecen con gran intensidad y calidad recuerdos de aromas frutales como de melocotón, damasco y melón. Los más concentrados brindan abundantes aromas de miel, similares a los del Torrontés pero más sutiles. En la boca es complejo y untuoso, gracias a su riqueza en glicerinas. En general, son vinos concentrados y voluminosos y muchas bodegas -cada vez más- son capaces de hacer vinos que resistan con dignidad el paso por barrica y preserven sus cualidades hasta cinco o seis años en la botella; la mayoría de los vinos se beben en sus dos o tres primeros años de vida para poder apreciar en su esplendor sus aromas florales y sus recuerdos especiados, que recuerdan a la canela. Una verdadera joya que enfrenta el eterno reinado del Chardonnay.