Un vino con Norma

Siempre hemos sostenido con el tema del vino que, beber, por el hecho de beber, no tiene gracia ninguna…

Al contrario… Creemos, y en esto coincidimos sin dudarlo, que hay que reservarle momentos especiales, nunca tristes.

Con momentos especiales no nos referimos solo a los festejos, de agenda u ocasionales, sino a cualquier día de la semana en el que el cuerpo nos pida abrir una botellita y brindar.

El vino, como todo lo bueno, se disfruta más así, en momentos escogidos.

Y pensábamos ayer esto…

Qué pena el empaño del fin de semana…

Llevábamos ya dos días de comilona tras comilona, con el hígado a punto de estallar! Era domingo, y como cualquier otro domingo, tenía ese tinte melancólico de la despedida del fin de semana y el “madre mía, que se viene el lunes y toca arrancar”, con el cargo de conciencia del no haber hecho más que vaguear y comer como limas.

Como dijimos, era domingo y el ánimo estaba así. Lo único distinto era que había un acontecimiento previsto para rematar el día… Ir al teatro a ver a la Grandísima Norma Aleandro presentando el espectáculo “Sobre el amor y otros cuentos sobre el amor", ...

Esto nos activó un poco. Y allá nos fuimos, con el ánimo comenzando a levantarse, emocionados con lo que podría ser, ya que uno, aunque no sea mitómano, siempre ha admirado a esta Señora, increíble en el cine como pocas, y que nunca habíamos visto en el teatro.

Pues ahí se plantó, delante de un teatrito lleno, frente a nosotros…

Notas de cata: Simplemente BRILLANTE… Cómo describir la emoción que nos hizo sentir… Y cómo nos hizo reír la tipa… ¡Ole por la Norma!

Salimos entusiasmados y cargados de buena onda.

Y dijimos… Qué bueno abrir ahora un vino!

Con los sentidos estimulados como para recibir y apreciar algo tan bueno como un vinito ¿Verdad?

Y es que es aquí, en un día impensado, que la cosa se transformó de tal manera hasta convertirse en un maravilloso No Domingo, que no podríamos hacer mejor cosa que ponerle la guinda con un tintazo.

…por un momento fuimos temerosos y casi nos pudo la conciencia de preservar los hepatocitos en condiciones para otra batalla por venir; pero… es que es justo en estos momentos, los maravillosos inesperados, cuando uno no debe perdonar un buen vino.

Y así lo hicimos…. Destapamos un Clos de los siete cosecha 2008 y cerramos un día diferente.

Se los contamos: este blend (50% Malbec, 30% Merlot, 10% Syrah, 10% Cabernet Sauvignon y 10 meses de crianza en barrica de roble francés) es elaborado con uvas procedentes de Vistaflores, en el Valle de Uco, aportadas para la causa por todas las bodegas que integran el grupo vitivinícola Clos de los 7, comandado por Michel Rolland.

Llevamos ya unas cuantas en nuestro haber, pero por esas cosas no lo habíamos subido aún. En pocas palabras. Lo mejor: su presencia, frescura, trago amable y la complejidad de sabores bien asentados e integrados con la madera. Lo peor, por criticar algo: un poco remolón en nariz (más notorio en el 2007 incluso). Aunque nos gustó más su cosecha anterior, no tenemos ningún temor en afirmar que es de los vinos que mejor RPC ostenta. Esto lo decimos por la sencilla razón de que no falla… y encima se elaboran sobre un millón de botellas, creemos que no exageramos!

Vaya este blend de cepas y bodegas a la salud de Norma! Gracias!

RUMBOVINO