Carnaval con Amalaya y Mariflor

El fin de semana de carnaval tuvimos 4 días de descanso y como no salimos de comparsa, ni de disfraces, nos quedamos en casa y aprovechamos a hacer unas minivaciones gastronómicas. Combinar buenas comidas con unos buenos vinos era la idea. Así que destapamos un par de etiquetas que teníamos reservadas para algún día donde el tiempo no apremie y pudiésemos degustar tranquilamente el noble brebaje. 

Comenzamos con un AMALAYA Gran Corte2009 que acompañó una pizza casera de pollo al verdeo y otra de rúcula con parmesano que levantaban a un muerto.

Presencia impecable, mostrando un lindo color rojo rubí con tintes violetas intensos. Limpio y brillante, y al moverlo en la copa dejaba rastros bien marcados de su buena densidad y pigmentación.

Nariz muy compleja e intensa, anunciando claramente su génesis Cafayateña. Frutos negros maduros, pimiento morrón, mucha pimienta negra, algunos dejos a violeta y caramelo.

En boca es una gloria, intenso pero a la vez sedoso (los taninos están bien domados), tiene una paso ligero gracias a su buena acidez y su frutalidad. Final de boca persistencia y ligeramente goloso (nada empalagoso). De esos vinos que invitan a tomar y charlar por un largo rato… La botella voló casi sin darnos cuenta. Esa fue la mejor señal de que el vino está más que bueno!

Su precio en Casilda es $70. RPC: Excelente++. Nos sumamos a los aplausos y halagos que hicieron los compañeros blogueros para este corte. Todos los que lo probaron no tuvieron más que elogios y el vino se los ganó con creces. Felicitaciones a la Bodega Amalaya y a sus laburantes anónimos!!

La contracara de este vino durante ese fin de semana carnavalesco fue el MARIFLOR PINOT NOIR 2007 que elabora Michel Rolland en el Valle de Uco.

Recordamos que lo probamos en el Vinos de Lujo Rosario 2010 y nos encantó, por eso lo compramos y lo guardamos hasta ahora. 

El caso es que apostamos por que este tiempito de estiba le sentaría estupendo pero parece que no fue así…

¿Qué pasó acá?

Insistimos en que nos había resultado delicioso y redondo, pero en concreto esta botella no fue lo que esperábamos. No nos parecía el mismo desde luego. Sabemos que el vino tiene vida y se muestra distinto según contextos y tiempos, pero este se alejaba mucho de lo ideal.

En vista era bien Pinot, hasta aquí todo bien, el poco cuerpo y ese color tirando a teja apagado. En nariz…, intenso y reposado, maduro. Nada chocante, con destellos frutados del cepaje y notas lácticas. El problema llegó en la boca, cuando el golpe alcohólico, como “aguardientado” tapaba tanto los aromas frescos y ácidos que apenas se intuían, como la fruta fina a la que este varietal nos tiene acostumbrados. Una pena!

No sabemos qué ocurrió con este vino o esta botella… El caso es que estaba, y siguió así, golpeando mucho en boca, con lo que esto molesta, claro…

Su precio en Rosario es de $140. La RPC, si es así como está, diríamos Mala. Habría que reprobarlo pero son muchos $$$ los que tenemos que invertir para sacarnos la duda.

Si bien sabemos que la tendencia es buscar vinos con más alcohol y de hecho hemos probado algunos otros Noirs de esta misma graduación, nos quedamos con una duda y la tiramos al aire para que opinen los que más conocen de este cepaje y no sentirnos unos atrevidos:

¿No es demasiado 15% Vol. de alcohol para un Pinot? ¿No sería mejor hacer vinos menos cargados como para poder disfrutar en plenitud toda la sutileza y elegancia que la uva Pinot debe entregar?

RUMBOVINO