Un blog de vinos por aficionados, para aficionados. Mas que un blog, nuestro cuaderno de notas.



12 junio, 2020

Naturales de Alicante

Sin lugar a duda, la tan esperada desescalada ha impactado de lleno en mis ratos “libres” dedicados al blog. Aunque si bien es cierto que, en estos meses de confinamiento, no he dejado de trabajar porque los veterinarios, necesarios, pero poco o nada valorados en este circo de la pandemia, seguimos casi con normalidad; sí disponía de algo más de tiempo para escribir. Pero... si bien no escribo, sigo probando y probando a buen ritmo.

Esta semana he sacado unos ratos para comentar algunos vinos diferentes, de tres proyectos muy interesantes que he conocido por las redes sociales.

Los tres se encuentran en Alicante, casi al otro extremo de Galicia, donde vivo y bebo; una región que casi no conozco y de la que prácticamente no había probado sus vinos. Así que, motivado tanto por la filosofía de cada uno de los proyectos (microbodegas, vinificaciones artesanales, vinos naturales, viticultura respetuosa y poco o nada intervencionista), como por la curiosidad de probar variedades de uva poco habituales para mí, como la Giró, Monastrell, Moscatel o Merseguera, me contacté con Manu Guardiola Viticultor, Aida y Luis, y con Mar e Ignacio para pedirles algunas botellas, qué obviamente pagué, y que obviamente fui bebiendo estos días, aunque no he terminado de probar todas.

Antes de seguir quiero dejar escrita esta declaración:

Me encantan los pequeños proyectos vinícolas porque los viticultores (muchos de ellos con estudios en enología, otros solo unos valientes) son gente llana y simple. Personas normales, no semidioses a los que hay que rendir pleitesía tras su paso como sucede con mucho enólogo que anda suelto por este mundo. Los viticultores anónimos trabajan como nadie, generalmente de sol a sol, y aun así se hacen un tiempo para atender a quienes los consultan por los medios que sean, y dedican un rato, del que muchas veces carecen, para explicar sus vinos y agradecer que te hayas interesado en ellos, aun sin siquiera saber si les vas a comprar o no. ¡Señores, esto es extraordinario! ¡Sepan que los aficionados al vino se los agradecemos infinitamente! A ver si algunos siguen el ejemplo...

Dicho lo anterior, y con la intención de no ir acumulando deudas conmigo mismo (siempre me obligo escribir sobre los vinos o proyectos que me gustan y empiezo a retrasar mis propios pagos), decidí ir comentando alguno de los que he ido catando de cada uno de ellos.

 

Comenzamos con  LA ZAFRA VINOS

Viñedos autóctonos de la zona

Mar e Ignacio llevan adelante este proyecto desde hace pocos años, en Monóvar (Provincia de Alicante) del que a modo de introducción copio su propia presentación:

“Empezamos con 1 hectárea de viña de la variedad Monastrell, autóctona de la zona, cultivada de forma sostenible, en secano y podada en vaso (tradicional), y llevamos dos años recuperando otras dos hectáreas de la familia, que estaban a punto de perderse.

Elaboramos nuestro vino natural en una pequeña microbodega, con la mínima intervención: sin sustancias químicas, ni correctores, ni sulfitos añadidos”

Para mí, con leer esto es suficiente para querer probar sus vinos. Pero si además ves las fotos de los viñedos que trabajan, ya no hay vuelta atrás. Probé el NU tinto 2018 (100% Monastrell), el NU VA 2018 y el NU Rosado 2018. Los tres me gustaron mucho, pero quiero destacar uno especialmente porque me sorprendió por su elegancia y suavidad.

NU VA 2018

 


Vino tinto natural y artesano compuesto por diferentes variedades antiguas que actualmente apenas se cultivan. Su elaboración es muy simple: las uvas se maceran durante 6 días con sus hollejos. Inicio de fermentación en depósitos de 300 litros, a 20º durante 30 días. Mínima intervención en bodega. Sin químicos ni levaduras comerciales. No contiene sulfitos añadidos. No se filtra ni clarifica. Solo se elaboraron 292 botellas en el 2018, por lo que estamos hablando de un vino casi exclusivo.

El resultado es un tinto de capa baja, brillante y buena lágrima. Nariz de mediana intensidad donde destacan las notas, casi perfumes, a fruta roja y flores.  En boca es ligero con un marcado carácter frutado, aunque no es de esos tintos con fruta desbordante, sino más bien equilibradas con notas herbáceas e incluso terrosas. Sobre todo, destaca por su suavidad y elegancia, poco habituales en vinos naturales o artesanales, que suelen tener más tendencia a la rusticidad. ¡Me gustó muchísimo!

Creo que esta añada ya está agotada. Así que mi consejo es que no se despisten con la 2019 si quieren hacerse con alguna botella de las pocas que estarán disponibles (creo que aún no ha salido).


Seguimos con, MANU GUARDIOLA VITICULTOR

Los muros de piedras son lo que ilustran la etiqueta de sus vinos

Vitivinicultor de la Marina Alta (NE de la provincia de Alicante) con una larga historia familiar en la producción de vino. Su padre y antepasados ya elaboraban vino para autoconsumo desde varias generaciones atrás, como era la costumbre en la comarca. Recientemente ha decidido dar un paso adelante y emprender su nuevo proyecto.

“Nuestra filosofía de trabajo es ser respetuosos con la naturaleza y el medio ambiente, por eso trabajamos todas las parcelas en ecológico, es decir, en la manera tradicional de cultivar la viña.  Nuestras parcelas están llenas de vida, tratamos de cuidar la fauna auxiliar que nos ayudará a tener un equilibrio en nuestro entorno y de este modo facilitar que nuestras uvas estén sanas a la hora de vendimia.

Fermentamos los vinos con levaduras autóctonas, no añadimos ningún tipo de aditivo excepto un poco de sulfitos, ni filtramos ni clarificamos. De este modo intentamos que el vino que vamos a beber sea la máxima expresión de la uva que cultivamos en el campo. Es mi forma de traer alegría y felicidad al mundo. Espero que disfrutéis de mis vinos”.

Elabora tres vinos en su pequeña bodega familiar situada en el centro del pueblo de Xaló. Un tinto (mezcla de Giro, Monastrell, Syrah, Merlot y Merseguera), un blanco (Moscatel seco y Merseguera) y un rosado (Giro, Monastrell y Merseguera). He probado dos de ellos, solo me queda el tinto, y la verdad es que no sabría cuál destacar porque ambos estaban realmente buenos. Me incliné por el rosado, porque está dentro de esos escasos vinos rosados que no solo buscan calmar la sed.

ELS MARGES ROSAT 2017


Vino Rosado compuesto por un 70% de Giró, 25% de Monastrell y 5% de Merseguera. Se realiza una primera vendimia de los racimos más grandes, apretados y frescos. La uva se despalilla y va directamente a la prensa vertical. Posteriormente se pasa a depósito a baja temperatura para hacer un ligero desfangado a las 24 h. Las levaduras autóctonas del campo y de la bodega son las encargadas de llevar a cabo la fermentación alcohólica. Se controla la temperatura y al final de fermentación se sube para que se quede seco y se trasiega, separando las levaduras gordas de los finas. Permanece en tanques de acero inoxidable durante 12 meses con movimiento de lías finas buscando dar más estructura al vino.

El resultado es un vino rosado anti-rosado. ¿Qué quiero decir con esto? Que se trata de un vino color rosado intenso, brillante y glicérico, pero con alma de tinto. En boca es graso, untuoso, voluminoso, con estructura, con sabores dominantes de fruta roja madura (no pasificada), herbales y con mucha frescura para equilibrar su paso por boca. Se puede comer acompañando un asado a la parrilla o un chuletón que ni se inmuta.

No piensen en un rosadito fresquito de verano, que podría funcionar perfectamente si es esto lo que buscan, pero piensen en un vino más serio y complejo, con un potencial de guarda de un par de años como mínimo. ¡Un señor rosado!

 

Finalizamos con, AIDA Y LUIS

¿Quien no se bebería un vino elaborado con las uvas de esta viña?


Es un proyecto vitivinícola de reciente creación (2018) ubicado en Xaló, en la Marina Alta, donde elaboran vinos artesanales de las variedades autóctonas de la zona: Moscatel y Giró.

“Nuestra filosofía es la de elaborar vinos que reflejen la identidad de la Marina Alta. Para ello, elaboramos vinos mono-varietales de variedades autóctonas buscando los microclimas más idóneos para cada variedad y cada elaboración. Vinos de mínima intervención donde la uva sea la protagonista. Nuestros vinos están elaborados en pequeños lotes muy cuidados, fermentando cada micro-viña por separado y dejando que las fermentaciones arranquen solas con la propia levadura del viñedo, sin la realización de un pie de cuba para conseguir la máxima expresión y singularidad de cada parcela. No filtramos, no clarificamos, no estabilizamos...”

Por cuestiones de tiempo (no me alcanza el fin de semana para catar todo lo que tengo guardado) solo llegué a probar el tinto. Con eso me alcanzó, y me sobró, para querer escribir sobre este proyecto y este vino. Es más, lo hubiese hecho sin probarlo porque de un viñedo tan espectacular, como el que ven en la foto debajo, tiene que surgir un vino de igual calibre. Al final la cosa es más simple de lo que muchos piensan. Si el vino no está demasiado “maquillado” será un fiel reflejo de la tierra que lo parió. ¡Así de fácil!

 

MABOI 2018


Elaborado artesanalmente con 100% de uva Giró, procedente de una parcela en la Sierra de Bernia, un paisaje protegido, a 620 msnm (uno de los viñedos más altos de la comarca) y a tan solo 6 km en línea recta del mar. Un viñedo muy especial  con suelos arcillosos  y con mucha piedra. Se fermentan los racimos enteros, con raspón y levaduras naturales. Maduración de 8 meses en depósitos, sin clarificar, filtrar ni estabilizar. Solo paisaje embotellado.

Aida y Luis definen su MABOI 2018 como un vino elegante, ligero, sabroso, muy frutal en boca con aromas a monte bajo, frutos rojos, un toque de brea... Estoy de acuerdo, a pesar de no reconocer la “brea” que tampoco me cambia mucho la cata.

Dejando de lado el entusiasmo que siento cuando pruebo un vino como este, debo decir que me pareció un tinto extraordinario. Nunca imaginé que un vino, mucho menos un tinto, de esta región de España podría tener tanta frescura. Sobrio, mineral, fruta roja, especias, notas mentoladas... Los taninos aún están levemente rugosos, pero no molestan en absoluto. ¡Un espectáculo!

Otro puntazo para destacar es la etiqueta ilustrada por Jaume Mora, inspirada en azulejos pintados a mano típicos de la zona de xaló, instrumentos e indumentaria regional sobre personajes carismáticos. SI lo de dentro es muy bueno, lo de fuera también.

Bueno, lo voy dejando por aquí de momento, en otro post les contaré más cosas... En lo personal seguiré apostando por estos proyectos y estos vinos, son el presente y el futuro, no tengo dudas de eso.

Salute,

Rumbovino, cada día más natural.

Casi 10 años comunicando el vino. En favor del consumo moderado y responsable.

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